3 de octubre de 2012

El ser humano esencialmente comunitario


Textos conciliares
GS 12: Dios no creó al hombre en solitario. El hombre es, en efecto, por su misma naturaleza, un ser social, y no puede vivir ni desplegar sus cualidades sin relacionarse con los demás.
GS 23: La revelación cristiana presta gran ayuda para fomentar la comunión interpersonal.
GS 24: índole comunitaria de la vocación humana. El hombre no puede encontrar su propia plenitud si no es en la entrega sincera de sí mismo a los demás.
GS 25: La persona tiene absoluta necesidad de la vida social. Esta engrandece al hombre. Hoy se da el fenómeno llamado «socialización»: multiplicación creciente de las conexiones mutuas y las interdependencias.
GS 26: La creciente interdependencia hace que el bien común se universalice cada día más, implicando derechos y obligaciones que miran a todo el género humano. Todo grupo social debe tener hoy en cuenta el bien común de toda la familia humana. Son necesarias una renovación de espíritus y profundas reformas en la sociedad.
GS 27: La conculcación de los derechos humanos fundamentales degrada a la civilización humana, deshonra más a sus autores que a sus víctimas, y es totalmente contraria al honor debido al Creador.
GS 28: Respeto debido a los adversarios. Lo cual no significa indiferencia ante la verdad y el bien. Hay que distinguir entre el error y el hombre que yerra.
GS 29: La igualdad fundamental entre todos los hombres exige un reconocimiento cada vez mayor. Es lamentable que los derechos de la persona humana no estén todavía protegidos en la forma debida en todas partes. Hay que luchar con energía contra cualquier esclavitud social o política.
GS 30: Es urgente que no haya nadie que se conforme con una ética puramente individualista. Hay quienes tienen generosas opiniones, pero viven luego de espaldas a sus obligaciones sociales. La aceptación de las exigencias sociales y su observancia deben ser consideradas por todos como uno de los principales deberes del hombre contemporáneo. Cuanto más se unifica el mundo, tanto más los deberes del hombre rebasan los límites de los grupos particulares y se extienden poco a poco al universo entero.
GS 31: El porvenir de la humanidad está en manos de quienes sepan dar a las generaciones venideras razones para vivir y para esperar. GS 32: Dios creó al hombre para vivir en sociedad. Y lo ha elegido no sólo en cuanto individuo, sino también en cuanto miembro de una determinada comunidad. Para que la humanidad se convierta en la familia de Dios.

Palabra de Dios
Jn 17,21-22: Que sean uno, como tú y yo.
Lc 6,27-38: Amor a los enemigos.
Jn 15,13: Nadie tiene mayor amor que el que da la vida. Rom 12,4-8:
Unos al servicio de otros, como en el cuerpo.
Mt 18,20: Donde están dos o más reunidos en mi nombre.

Cuestiones para el diálogo
¿Qué razones daríamos a un escéptico para justificarle la solidaridad entre los hombres?

Reflexión
1. El hombre es un ser social. Es una afirmación capital del Concilio. Justifica la afirmación desde la misma naturaleza del hombre y desde una argumentación teológica. El hombre se desarrolla en sociedad, necesita la sociedad para desarrollarse y para cultivar enteramente su vocación humana. No puede encontrar su propia plenitud sino en la entrega a los demás. Dios mismo lo creó así, no en solitario, en cuanto miembro de una comunidad, y para la comunión. Esto dista mucho de los planteamientos clásicos que llegaron hasta nuestros días embebidos en el individualismo de las «verdades eternas» de la propia salvación individual, en los que fuimos educados, y en los que quizá cuajó nuestra propia estructura espiritual. Es preciso reeducarse cristianamente para ser fíeles al espíritu conciliar.
2. Tener esta conciencia se hace hoy mucho más necesario y urgente por las circunstancias actuales que atraviesa el mundo. El Concilio se refiere explícitamente a un fenómeno que denomina «socialización», que consiste en la multiplicación de lazos e interdependencias entre los hombres y los grupos sociales. Habla también —muchas veces a lo largo de los diferentes textos— de la unificación mundial. Y subraya la conclusión de que el bien común hoy ha de ser entendido como extendido a las fronteras mismas de la humanidad. Ya somos todos una misma familia y vivimos una misma historia, no diversificada como antaño (GS 5). Toda ética meramente individualista ha de quedar superada (GS 30).
3. Esto conlleva muchas exigencias. El orden social ha de ponerse al servicio del orden personal (GS 26). Los derechos humanos han de ser respetados (GS 27). Se ha de buscar un reconocimiento cada vez mayor y con urgencia de la igualdad fundamental de todos los hombres, y por ello habrá que superar cuanto antes las diferencias económicas tan escandalosas (GS 29), etc. Nos acechará siempre el peligro de tener generosas opiniones sin que a ellas corresponda un compromiso social adecuado (GS 30).
4. Considerarse ciudadanos del mundo. Sería ésta la consecuencia que habría que extraer de esta visión conciliar del hombre como ser comunitario. El bien común se hace tan ancho como el mundo. La solidaridad debe ser considerada por todos como uno de los principales deberes del hombre contemporáneo (GS 30). «Los deberes del hombre rebasan los límites de los grupos particulares y se extienden poco a poco al universo entero » (GS 30). Es decir, estamos, decididamente, ante una nueva visión, que exige una «renovación de los espíritus y profundas reformas en la sociedad» (GS 26). ¿No es valiosa y radical esta aportación del pensamiento conciliar?

Examen
En nuestra comunidad cristiana, ¿damos a los jóvenes motivos para vivir y para esperar?

Conversión
Tomar medidas para que nuestra comunidad cristiana se signifique más fuertemente ante la sociedad que la circunda como un germen de solidaridad.

Preces
Para que se consoliden las organizaciones internacionales de cara a una mayor unificación mundial.
Para que sean reconocidos en todo el mundo los derechos humanos y sea desterrado todo lo que humilla al hombre.
Por los que están solos.
Por los que arrastran traumas personales de comunicación con los demás.
Para que luchemos con energía contra toda forma de esclavitud moderna.
Para que la fe aumente nuestro sentido de ciudadanos del mundo.

Oración
Dios, Padre nuestro, que has puesto la plenitud de la vida humana en la entrega del hombre a los demás, y en Jesús nos has dado un acabado ejemplo de amor hasta la entrega de la vida; danos fuerza para saber imitarle, entregando nuestra vida en la tarea de convertir nuestro mundo en una sola familia. Por J. n. S.

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