29 de septiembre de 2012

Construyamos relaciones de valoración y tolerancia

Mirando hacia el pasado vemos que nuestra Iglesia ha mostrado fanatismo e intolerancia hacia los pueblos politeístas al destruir sus templos, y hacia el protestantismo.
Las Cruzadas fueron una muestra de ese fanatismo e intolerancia en las que intervino el mismo Pontífice
En nuestra vida diaria, en la relación entre católicos y personas de otros grupos religiosos se vive, de ambos lados, un fanatismo falto de respeto y de tolerancia.
Una muestra de intolerancia se ha presentado cuando fueran publicadas imágenes ofensivas al profeta Mahoma, lo que provocó una respuesta igualmente fanática e intolerante.
Al interior de la Iglesia somos intolerantes y menospreciamos a las personas o grupos que tienen una línea de pensamiento o de acción diferente a la nuestra, como si fuéramos los únicos que pensamos o actuamos en nombre de Dios.

El libro de los Números nos refiere que Moisés, en el desierto, se ve fuertemente asediado por el pueblo, que le hace reclamaciones y él a su vez se dirige a Dios en estos términos"¿Por qué tratas tan duramente a tu servidor? ¿Por qué no has tenido compasión de mí, y me has cargado con el peso de todo este pueblo?
El Señor le ordena: Reúneme a setenta de los ancianos de Israel llévalos a la Carpa del Encuentro, y que permanezcan allí junto contigo. -Yo bajaré hasta allí, te hablaré, y tomaré algo del espíritu que tú posees, para comunicárselo a ellos. Así podrán compartir contigo el peso de este pueblo, y no tendrás que soportarlo tú solo.
Moisés reunió a setenta hombres entre los ancianos del pueblo, el Señor descendió en la nube y le habló a Moisés. Después tomó algo del espíritu que estaba sobre él y lo infundió a los setenta ancianos.
Eldad y Medad que habían sido elegidos no se encontraban en la Carpa del Encuentro, pero también sobre ellos descendió el Espíritu y se pusieron a profetizar lo que provocó los celos fanáticos de Josué quien pide a Moisés que lo prohíba, a lo que Moisés respondió: Ojalá todos fueran profetas en el pueblo del Señor, porque él les infunde su espíritu!.

En el camino de los discípulos de Jesús aparece una persona que expulsa demonios en nombre de Jesús y Juan confiesa que se lo han prohibido porque no es de los nuestros". a lo que Jesús responde: "No se lo impidan, porque nadie puede hacer un milagro en mi Nombre y luego hablar mal de mí.
Moisés valora a todos los que profetizan, Jesús valora a todos los que luchan contra el mal.
Moisés y Jesús rechazan el menosprecio de los que piensan y actúan diferente de nosotros; ambos se muestran totalmente opuestos al fanatismo y a la intolerancia.

Valorar y tolerar como Moisés, implica valorar y apoyar las voces que profetizan alzando la voz en defensa de los pobres, las mujeres, los niños, los campesinos, los indígenas
Valorar y tolerar como Jesús, implica apoyar a todos los que luchan contra lo que deshumaniza a la humanidad: el hambre, la enfermedad, la ignorancia, la injusticia, la marginación.
Ser abiertos e incluyentes como Jesús y como Moisés, implica valorar la actividad de los hermanos separados, sin traicionar nuestros objetivos creyentes.
Ser abiertos e incluyentes como Jesús y como Moisés implica valorar y respetar la actividad que realizan otros grupos de nuestra comunidad y esforzarnos por colaborar con ellos, creando un Consejo de pastoral que integre las diferentes formas de vivir y de trabajar en la comunidad.
Apoyemos el movimiento ciudadano por la paz con justicia
CCR

27 de septiembre de 2012

La Iglesia como misterio

Introducción:
En el tema anterior vimos que por el bautismo todos somos hijos de Dios y todos tenemos la misma dignidad esencial; vimos que todos somos llamados a ser comunidad y a participar en la obra de la Iglesia

Cuestiones para el diálogo
— ¿Qué elementos, aspectos o detalles concretos de nuestras prácticas eclesiales revelan todavía una visión de la iglesia como absolutizada, como un fin en sí misma, o como «sociedad perfecta»?

Textos conciliares
LG 1: La iglesia es como un sacramento, o sea, signo e instrumento de la unión íntima con Dios y la unidad de todo el género humano. LG 2-4: La iglesia y la Trinidad. La iglesia y la historia de la salvación.
LG 5: El reino de Dios se manifiesta en la palabra, en las obras y en la presencia de Cristo. Y de ahí la iglesia recibe la misión de anunciar e instaurar el reino en todos los pueblos, y constituye en la tierra el germen y el principio de dicho reino.
LG 7: La iglesia, Cuerpo místico de Cristo.
LG 8: La iglesia, comunidad de fe, esperanza y amor, visible y espiritual a un tiempo.
GS 40: La iglesia tiene la vocación de formar en la propia historia del género humano la familia de los hijos de Dios.
GS 45: La iglesia sólo pretende una cosa: el advenimiento del reino de Dios y la salvación de toda la humanidad.

Palabra de Dios
1 Jn 1,1-4: Os anunciamos lo que hemos visto y oído, para que estéis en comunión con nosotros, que estamos en comunión con el Padre y su Hijo Jesucristo.
Col 1,18: El es la cabeza del cuerpo, de la iglesia.
Ef 3,1-7: Lo que me fue revelado del misterio de Cristo.
Col 3,15: Habéis sido llamados como miembros de un solo cuerpo.
Col 1,24: En favor de su cuerpo, que es la iglesia.

Reflexión
1. El tema central del concilio Vaticano II ha sido el tema de la iglesia y su misterio. Todos los documentos y declaraciones del Concilio pueden ponerse en relación con ese tema central. El Concilio trataba de responder a aquella pregunta que flotaba en el ambiente y que Pablo VI logró expresar magistralmente: «Iglesia, ¿qué dices de ti misma?». Por eso, el cambio fundamental que la mentalidad conciliar ha supuesto en la iglesia se verifica, precisamente, en la idea misma que tengamos de la iglesia.
2. El cambio puede expresarse simplificadamente diciendo que hemos pasado de una concepción jurídica a una concepción teológica, de una visión externa a una visión interna. La iglesia era definida desde sus elementos externos: congregación de los fieles cristianos, presididos por..., bajo la autoridad de..., teniendo en común tal profesión de fe, tal disciplina, tales sacramentos... El Vaticano II va a ver la Iglesia «desde dentro », desde las fuerzas ocultas que la crean, desde el misterio que la habita y que constituye su ser más profundo. La iglesia es, dirá el Concilio, un misterio, como un sacramento, una comunión, una comunidad de fe, esperanza y amor.
3. Las afirmaciones fundamentales del Concilio sobre el ser de la iglesia están en el capítulo primero de la constitución dogmática Lumen Gentium. La iglesia es ante todo un sacramento, o sea, signo e instrumento de la unión íntima con Dios y de la unidad de todo el género humano. La iglesia entronca, a través de toda la historia de la salvación, con la vida misma de la Trinidad, del Padre, del Hijo y del Espíritu. Su vida íntima, derramada hacia la humanidad, da ser y vida a la iglesia. A partir de la predicación de Jesús del reino de Dios aparece ya plenamente el misterio de la iglesia. La iglesia, enriquecida con las palabras y los hechos de Jesús, en los que brilla ante los hombres el reino de Dios, recibe la misión de anunciarlo e instaurarlo en todos los pueblos, y constituye en la tierra el germen y el principio de ese reino. Estas afirmaciones conciliares son de una trascendencia radical, y suponen una óptica profundamente nueva, a la vez que profundamente bíblica y tradicional. No cabe duda de que de estas graves afirmaciones no se han sacado en la iglesia posconciliar todas las lecciones y consecuencias posibles.
4. El Concilio deja fuera de juego falsos planteamientos que, sin embargo, habían dominado durante no poco tiempo en la iglesia. Esta no es identificable con el reino de Dios, porque el reino de Dios es otra cosa. La iglesia es, más fundamentalmente, germen y principio de ese reino. Su mayor gloria consiste en estar a su servicio. Por eso la iglesia deberá convertirse incesantemente al reino.
5. Por otra parte: la iglesia es presencia de la salvación, pero no es sin más identificable con la salvación. Esta desborda sus fronteras, está sembrada en los pueblos y religiones. No tiene sentido una iglesia autoentronizada, vuelta hacia sí misma, cerrada al diálogo y a la cooperación. Más bien habrá de encontrar su camino la iglesia en la senda del servicio al reino, que es servicio a la salvación de los hombres y a su unidad con Dios y entre sí.

Examen
—¿Qué podríamos hacer para que la pequeña parcela de iglesia que está en nuestras manos sea de verdad una iglesia al servicio del reino de Dios, radicalmente? — ¿Vivimos nosotros, en nuestra comunidad cristiana local, la misión de la iglesia de anunciar e instaurar el reino de Dios?

Conversión
— Organizar en la comunidad cristiana alguna iniciativa para que llegue a todos la renovación conciliar. — Hacer mía la misión de la iglesia de anunciar e instaurar el reino.

Preces
Por la iglesia, para que se despoje de todo lo que empaña su signo sacramental. Para que se ponga cada día más radicalmente al servicio del reino. Por los que no captan desde la fe su misterio profundo. — Por los que tienen en ella mayores responsabilidades, para que sean fíeles al Espíritu. Para que la amemos a pesar de sus defectos humanos.

Oración
Dios, Padre nuestro: en las palabras y los hechos de Jesús has revelado al mundo su voluntad salvadora, ¡tu reino! Te pedimos que, como seguidores de Jesús, como iglesia, hagamos nuestra su misma misión: anunciar e instaurar el reino, para ser así, desde nuestra comunidad eclesial, su germen y principio en este mundo.

22 de septiembre de 2012

¿Quíen es el más importante

En nuestra vida diaria consideramos importante a la persona que tiene bienes, negocios o dinero.
Ponemos atención a la persona que tiene un puesto en la sociedad, que aparece en los medios de comunicación o que viste con elegancia.
Consideramos importante a a las persona que llega a lo más alto posible, aunque para ello sea necesario pisotear la vida de los demás.
No damos importancia a la voz de los indígenas porque de ordinario viven alejados de nosotros.
No valoramos la voz de los campesinos porque poco o nada se atreven a hablar.
Los obreros para que su voz sea escuchada necesitan hacer manifestaciones para que se puedan conocer sus demandas y aún falta que sean atendidas.
No damos importancia a la voz de las personas que son atropelladas en su dignidad: los indigentes, las mujeres, los niños, los migrantes etc

Marcos nos presenta a Jesús que va de camino a Jerusalén y por el camino va instruyendo a sus discípulos: Jesús acepta que él es el Mesías, el consagrado para una misión, pero se presenta como un Mesías que será rechazado por el poder económico, político y religioso.
Jesús comienza a hablar a sus discípulos de la cruz y esto provoca el rechazo de su mejor amigo, Pedro.
Los discípulos de Jesús eran seres humanos como los demás y con las mismas ambiciones que los demás; esto se pone de manifiesto en las discusiones que mantienen entre ellos.
“¿Quién es el más importante” refleja que no han entendido a Jesús y les da miedo preguntarle.
Con sus palabras y con sus acciones Jesús nos declara quién es el más importante: “El que quiera ser el primero, que se haga el último y el servidor de todos” Después llamó a un niño, lo colocó en medio de ellos, lo acarició y les dijo: –Quien reciba a uno de estos niños en mi nombre, a mí me recibe. Quien me recibe a mí, no es a mí a quién recibe, sino al que me envió.
En el Reino de Dios todos somos importantes, porque todos somos hijos de Dios, pero, como el Padre Celestial,
Jesús nos enseña a valorar a los que son menos bien considerados.

Para ser realmente importantes tenemos que valorar la voz de los indígenas y los campesinos que por las condiciones de vida que llevan, demandan de nosotros ser incluídos en los bienes de nuestra sociedad.
Para ser realmente importantes tenemos que valorar y hacernos eco de la voz de los campesinos que se ven obligados a abandonar sus tierras por falta de recursos para cultivarlas, por falta de escuelas y de servicios de salud.
Para ser realmente importantes tenemos que valorar y hacernos eco de la voz los obreros que demandan empleos dignos y salarios suficientes para atender todas las necesidades de sus familias.
Para ser realmente importantes tenemos que valorar y hacernos eco de la voz de los indigentes, las mujeres, los niños, los migrantes que son atropellados en su dignidad.
Tenemos que ser la voz de los que no tienen voz
Ayer fue el día internacional de la paz
Apoyemos el movimiento ciudadano por la paz
CCR

20 de septiembre de 2012

Somos el pueblo de Dios

Para vivir el Concilio
Tomado de José María Vigil

 Somos pueblo de Dios 
Textos conciliares
LG 9: Es voluntad de Dios salvar a los hombres no aisladamente, sino formando un pueblo.
Características descriptivas del nuevo pueblo de Dios. LG 12: El pueblo de Dios participa de la función profética de Cristo. Por su «sensus fídei» no puede equivocarse cuando todo él cree en materia de fe y costumbres. El Espíritu suscita y mantiene este sentido de la fe. El mismo Espíritu distribuye gracias especiales entre los fieles de cualquier condición, según él quiere. «A cada uno se le otorga la manifestación del Espíritu para común utilidad». LG 32: Común dignidad de todos los miembros del pueblo de Dios.
AG 37: El pueblo de Dios vive en comunidades, sobre todo diocesanas y parroquiales, en las que en cierto modo se hace visible.
GS 32: Desde el comienzo de la historia de la salvación Dios ha elegido a los hombres no solamente en cuanto individuos, sino también en cuanto miembros de una determinada comunidad.
GS 30: Urge superar una ética meramente individualista.

Palabra de Dios
Ex 19,3-8: Vosotros seréis mi pueblo. Antigua alianza.
Rom 12,4-8: Como en el cuerpo, unos miembros al servicio de otros.
1 Pe 4,10: El don que cada uno ha recibido póngalo al servicio de los otros.
He 2,42-47; 4,32-35: La primitiva comunidad cristiana. —
Mt 20,25-28: El primero, que sea el servidor de todos.
Jer 31,31-34: Una alianza nueva.
1 Cor 12,4-11: Muchos carismas, un mismo Espíritu.
Ef 4,11-13: A unos los hizo apóstoles, a otros profetas, a otros...
1 Pe 2,4-5.9-10: Linaje elegido, sacerdocio real, pueblo adquirido por Dios.
Mt 18,20: Donde están dos o más reunidos en mi nombre.

Cuestiones para el diálogo
¿Qué predomina hoy en la iglesia, en su organización; la línea vertical o la horizontal, la autoridad o la participación?
¿Qué nos falta todavía por desarrollar de esa verdad fundamental de que la iglesia es el pueblo de Dios?

Reflexión
1. El ordenamiento de los capítulos de la Lumen Gentium es algo del todo intencionado, y por lo mismo muy elocuente. Sólo en la última redacción se llegó al orden actual. En las redacciones anteriores, tras el primer capítulo, dedicado al misterio de la iglesia, venía el segundo, dedicado a la jerarquía, y sólo entonces venía el capítulo tercero, «sobre el pueblo de Dios, y especialmente sobre los laicos».
Según este antiguo ordenamiento, que representa claramente la visión eclesiológica preconciliar, la jerarquía quedaba como descolgada y fuera del pueblo de Dios, y este pueblo de Dios venía a significar la parte popular o plebeya de la iglesia.
Fue en la última redacción donde se hizo el cambio de ordenamiento, elocuente por sí mismo. Después del misterio de la Iglesia como primer capítulo se pasa a tratar del pueblo de Dios, que no es como una parte de la iglesia, la parte popular, sino que es la iglesia toda en su conjunto. Ser cristiano es ser miembro del pueblo de Dios. Y eso es lo realmente importante y sustancial para un cristiano, con todo lo que entraña. Lo demás será siempre de segundo orden.
2. Emergió a primer plano la imagen bíblica de pueblo de Dios. Es la imagen bíblica más simple y más directa, común en el Antiguo Testamento, que pasa al Nuevo a través sobre todo de la primera carta de san Pedro. Siendo una imagen bíblica, sitúa a la iglesia dentro de la trayectoria de la historia de la salvación. Expresa esencialmente su carácter comunitario.Evoca espontáneamente la dimensión histórica de la iglesia peregrina.
3. El Concilio hace en este tema afirmaciones transcendentales, siendo una de ellas la de que Dios no quiere salvar a los hombres sin conexión de unos con otros, sino constituyendo un pueblo. Se supera la clásica visión individualista de la salvación.
No nos salvamos solos, sino comunitariamente, formando pueblo. La salvación es comunitaria y se debe vivir comunitariamente. Queda ahí un largo camino por andar: una secular tradición individualista no se transforma en sentido comunitario en poco tiempo.
Todavía hoy, vivir la fe desde una verdadera comunidad cristiana es algo generalmente minoritario en la Iglesia.
4. Sólo dentro de la perspectiva del pueblo de Dios adquieren su verdadero sentido las funciones y ministerios con los que el Espíritu le ha dotado.
y todos los carismas que el Espíritu suscita tienen sentido dentro de la comunidad y al servicio del pueblo de Dios. Todo otro planteamiento es reminiscencia de una eclesiología periclitada, preconciliar.

Examen
¿Tenemos de verdad sentido comunitario?
¿Qué carisma me ha dado a mí el Espíritu para servicio de la comunidad? ¿Lo pongo verdaderamente a su servicio?
¿Consentimos entre todos el clericalismo, la «casta» sacerdotal, el alejamiento burocrático de la administración y gobierno de la iglesia? ¿Tenemos ya en nuestra comunidad cristiana consejo pastoral? En su caso, ¿hemos hecho algo por propiciar que se cree?

Conversión
Fomentar en nuestro ámbito los grupos comunitarios, por encima de una pastoral de masas, de parroquias simplemente geográficas... Dar participación a todos en la comunidad cristiana. Orar por todos los que tienen algún ministerio en la comunidad cristiana, para que siempre lo ejerzan como servicio y nunca como dominio.

Preces
Por la gran masa de cristianos que aún vive su fe con total individualismo, sin pertenencia real a ninguna comunidad.
Por las muchas «comunidades eclesiales de base», para que se extienda el sentido comunitario del que dan ejemplo.
Por los «nuevos ministerios» que surgen en dichas comunidades, para que sirvan de renovación de la iglesia universal.
Por la iglesia que surge y se consolida entre los pobres y clases populares de América Latina.
Por los «consejos pastorales» y demás órganos de participación que ya funcionan en tantas comunidades.
Para que se haga cada vez más evidente que ser cristiano es vivir en comunidad el anuncio y la construcción del reino de Dios.

Oración
Dios, Padre nuestro, tú no quieres salvar a los hombres aisladamente, sino constituyendo un pueblo. Danos conciencia de nuestra responsabilidad cristiana, para que lleguemos a hacer de todos los hombres una misma familia, una sola comunidad, el único y total pueblo de Dios. Por J. n. S.


15 de septiembre de 2012

¿Auien es Jesús? ¿Qué es la Iglesia? ¿Qué es el creyente?

Nuestros actos de culto (Eucaristías, Horas Santas) presentan a un Dios lleno de grandeza; pocas veces nuestras celebraciones son una preocupación por los débiles y oprimidos.
Muchos ministros de la Iglesia, en nuestra forma de vida, en nuestras pertenencias, damos apariencia de poder y de riqueza y buscamos la amistad de las personas con poder o riqueza.
Le interpretamos al pueblo la palabra de Dios, pero no le proporcionamos los medios para que el mismo pueblo descubra e interprete la voz de Dios.
¿En qué se parece este Jesús, esta Iglesia, este creyente al Jesús que aparece en el Evangelio de hoy?

Marcos nos presenta a Jesús hoy, como el Mesías, el ungido, el consagrado para una misión: Anunciar como Buena Noticia el Reinado de Dios, donde Dios sea reconocido en la práctica, como Padre, y nosotros actúemos como hermanos.
Jesús es el que provoca el rechazo de los ancianos, los jefes de las familias más ricas e influyentes de Jerusalén, pues Jesús ha proclamado que un rico tiene un estorbo mayor que la joroba de un camello para entrar en el Reino.
Jesús es el que provoca el rechazo de los sumos sacerdotes que, manipulando el nombre de Dios, ejercen un culto comercializado, que explota al pueblo, sobre todo a los más pobres.
Jesús es el que provoca el rechazo de los escribas y fariseos que, dejando de insistir en lo profundo de la ley, la interpretan de una manera que excluye, margina y oprime. De esta manera interpretan el sábado, el ayuno y muchas leyes de pureza.
Jesús es el que provoca el rechazo de Pedro que piensa en un Mesías poderoso que se impondrá sobre todos.

Para ser Iglesia de Jesús tenemos que pasar de una Iglesia preocupada sólo por un culto grandioso en lo exterior, a una Iglesia que vive la compasión de Jesús hacia los más débiles y necesitados.
Para ser ministros de Jesús tenemos que pasar de ser gente cercana a los grandes de la economía y de la política a ser ministros cercanos al pueblo que comparten sus dolores y que viven con la misma sencillez que el pueblo
Para ser Iglesia de Jesús tenemos que proporcionar al pueblo los medios para que pueda leer e interpretar la palabra de Dios.
Para ser discípulos de Jesús hoy tenemos que esforzarnos en meditar y profundizar los textos del Evangelio que nos hablan de la Cruz y Resurrección de Jesús para que sean nuestra norma de vida
Apoyemos el movimiento ciudadano por la paz
CCR

8 de septiembre de 2012

Dejemos que Jesús toque nuestros oídos y nuestra lengua

 Hay muchos sordos en nuestro mundo, y, algunos de esos sordos nos llamamos seguidores de Jesús: Los racistas que no hemos escuchado la voz de Jesús de Nazaret que afirma que Dios es padre de todos.
No escuchamos el clamor de los hermanos que claman justicia en las diferentes situaciones de la vida.
Nos quejamos de la violencia y la inseguridad pública, pero no ponemos oído atento a las causas que están por detrás: las industrias internacionales que fabrican y venden armas y las que procesan y distribuyen la droga.
No nos detenemos a escuchar el Evangelio de Jesús. No vivimos con el corazón abierto para acoger sus palabras.
No sabemos escuchar con paciencia y compasión a tantos que sufren sin recibir apenas el cariño ni la atención de nadie.
Como Iglesia permanecemos mudos, que poco o nada iluminamos, orientamos y alentamos a las grandes mayorías en sus graves males sociales.

En el Antiguo Testamento los males que sufría el hombre se interpretaban como un castigo de Dios por sus pecados.
Tanto las desgracias individuales, como las colectivas eran consideradas como la señal de que Dios había vuelto la espalda a su pueblo.
Las enfermedades que aparecen en los evangelios representan los males que sufren los hombres por culpa de una sociedad injusta, organizada en contra del plan de Dios.
La sordera es una de estas enfermedades. En la tradición profética, la sordera o la ceguera son figura de la resistencia al mensaje de Dios; paralelamente, en el evangelio son figura de la incomprensión y la resistencia al mensaje.
Hoy presentan ante Jesús un sordo y con dificultades para hablar. Es un enfermo muy especial. Ni oye ni habla. Vive encerrado en sí mismo, sin comunicarse con nadie.
En la figura de ese sordo tartamudo, Marcos muestra la actitud de los discípulos ante la integración de los paganos en la nueva comunidad con el mismo derecho que los judíos.
La sordera de los discípulos es la ideología nacionalista y exclusivista del judaísmo: siguen manteniendo la superioridad judía y no acaban de aceptar la igualdad de todos los pueblos en relación con el Reino.
Jesús toca con sus dedos los oídos del sordomudo, levanta los ojos al Padre y exclama “Ábrete”; este gesto de Jesús hace posible que aquel hombre pueda entrar en el mundo de los demás: abra sus oídos y su corazón hacia los hermanos.

Dejar que Jesús toque nuestros oídos implica abrir el oído y el corazón a las causas que producen la violencia y la inseguridad pública. Dejar que Jesús toque nuestra lengua implica denunciar no sólo a los narcos y a los capos sino a los que fabrican y venden armas, a los que procesan y distribuyen la droga, a los que de manera profesional se dedican a matar y a todos sus cómplices.
Apoyemos el movimiento ciudadano por la paz
CCR

1 de septiembre de 2012

Limpios de corazón ante los migrantes


Celebramos hoy el día internacional del migrante. La migración es un fenómeno muy antiguo del ser humano en busca de mejores condiciones de vida.
Los migrantes, en particular los de Centroamérica, en su caminar sufren, cansancio, hambre, sed, son víctimas de las policías injustas y del menosprecio de parte de personas con prejuicios étnicos y morales.
Por lo general los migrantes dejan a su familia, que queda a cargo de la madre, que sufre grandes dificultades para mantener ella sola y educar a sus hijos
Hoy en día la migración es provocada por el sistema económico político imperante, que al buscar como norma la ganancia, promueve la creación de fuentes de trabajo que favorezcan los intereses de los grupos de poder y en perjuicio de las grandes mayorías.
Como fruto de la compasión mostrada por Jesús de Nazaret, han ido apareciendo en nuestro país diferentes casas del Migrante; hay también algunos comedores para ellos

El libro del Deuteronomio fue terminado después de que los israelitas vivieron la experiencia del destierro en Babilonia y quiere servir como base para reconstruir el pueblo y la comunidad creyente.
Los Deuteronomistas, autores de este libro insisten en la importancia de la ley de Dios e invitan a guardar con fidelidad los mandatos y preceptos del Señor.
El salmo 14 nos manifiesta el núcleo central de esta ley al presentarnos como modelo al hombre que procede honradamente, al que busca la justicia, al que tiene intenciones leales y no hace mal a su prójimo, al que no presta a usura ni se deja sobornar.
Además de estas leyes que buscan la vida del ser humano se fueron introduciendo en el pueblo de Israel costumbres y tradiciones, relacionadas con normas de pureza, que buscan la identificación como pueblo y que producen actitudes excluyentes y que marginan.

Los fariseos eran un grupo de gente separada, que practicaban mucho estas tradiciones.
Los escribas, por su parte eran la gente letrada y maestros de los fariseos
Un grupo de ellos se acerca a Jesús para reclamarle que sus discípulos no respetan las tradiciones, ya que comen sin lavarse las manos. Cabe observar que si en Jerusalén hay agua suficiente para andarse lavando, no sucede lo mismo en los poblados de Galilea y también que los discípulos de Jesús han aprendido del Maestro a detectar qué es lo que en verdad agrada a Dios.
Jesús responde con un reproche tomado del profeta Isaías que hace notar que se está dando importancia a lo exterior y se está descuidando la pureza del corazón.
Reclama también que los fariseos y los escribas dan importancia a las costumbres y tradiciones de los hombres, mientras descuidan el mandato de Dios.
Jesús invita a sus oyentes a cultivar la verdadera pureza preocupándose por la limpieza del corazón de donde brota el amor, la justicia, la verdad, la solidaridad, la paz.

Tener limpio nuestro corazón hoy implica amar a los migrantes y esforzarnos por conocer las causas que los ponen en esa situación Tener limpio nuestro corazón hoy implica luchar contra todas las actitudes que nacen de prejuicios ante los extranjeros que nos inducen a tratarlos como criminales.
Tener limpio nuestro corazón hoy implica significa trabajar para que haya leyes que protejan y defiendan a las personas que por distintos motivos se ven forzados a emigrar de su tierra.
Tener limpio nuestro corazón hoy implica ser solidarios con el esfuerzo que realizan entre nosotros las Casas del Migrante, eso incluye nuestra visita a las Casas del Migrante, Nuestro apoyo económico o en especie.
La más próxima a nosotros es la Casa Nicolás, ubicada en Serafín Peña y Francisco Villa en la Colonia Guadalupe Victoria en Guadalupe, N. L.
Una felicitación sincera a las casas del Migrante
CCR