27 de junio de 2015

Dios no hizo la muerte. Jesús defiende la vida

En la historia del cristianismo seguimos discriminando a la mujer sobre todo por aspectos sexuales como la prostitución, la homosexualidad y la excluímos participar en la vida de la comunidad
Olvidamos que la enseñanza y la práctica de Jesús de Nazaret fue mostrar el rostro misericordioso del Padre

«Dios no hizo la muerte», dice el libro de la Sabiduría. La muerte, es consecuencia de nuestra misma naturaleza débil
Nos dice el evangelio que una gran multitud judía acude a Jesús, el que hace cosas contrarias a la institu­ción, mostrando su descontento con ella.
Jesús vuelve de Gerasa: la mul­titud que acude a él aceptando su contacto con los oprimidos paganos, muestra que también ella ve en Jesús una esperanza de liberación.
A continuación, el evangelio resume en dos personajes esta multitud: la hija de Jairo, que representa al pueblo sometido a la institución pues es la hijita del jefe de sinagoga y la mujer con flujos, que representa al pueblo marginado por la institución por su impureza.
A esa situación de muerte había llevado la ins­titución religiosa judía al pueblo, representado en las dos mujeres.
Una, que llevaba doce años en los que toda actividad sexual le estaba prohibida por la ley y que, además, era estéril.
La otra, una muchacha en edad de tomar marido que estaba a punto de morir, también ella, infecunda.
Una mujer que llevaba doce años con un flujo de sangre... como había oído hablar de Jesús, acercándose entre la multitud, le tocó por detrás el manto. Porque ella se decía: «Si le toco aunque sea la ropa, me salvaré.»
 El jefe de la sinagoga era algo así como un párroco. Un representante de la institución a un nivel no muy alto, miembro de la jerarquía religiosa judía.
Jairo era un hombre de buena voluntad. La institución a la que él pertenece no le ofrecía ninguna solución a su problema. Y tiene que ir a buscarla fuera de ella.
Aunque Jesús era considerado un hereje, aquel hombre, jefe de sinagoga, se acerca a Jesús para ver si en él encuentra la vida que su sinagoga no puede ofrecer á su hija.
A Jesús lleno de misericordia no le importa que lo toque la mujer marginada por la ley a causa de su hemorragia, ni le importa mancharse con lo que prohíbe la ley tocar el cadáver de la niña. Jesús defiende la vida

Si queremos seguir a Jesús, hoy, igual que ayer, tenemos que tener un corazón misericordioso y estar siempre dispuestos a luchar por la vida, aún en contra de las propias leyes mal interpretadas.
Si queremos seguir a Jesús tenemos que luchar para que nuestra práctica y la de nuestras instituciones evite toda marginación: Necesitamos ser una Iglesia de puertas abiertas.
Junio 27 del 2015
Cosme Carlos Ríos


20 de junio de 2015

Remar contra la corriente: Jesús rema con nosotros

Las comunidades cristianas van creciendo en medio de dificultades y conflictos. Se encuentran asediadas por muchas amenazas internas y externas. En ocasiones cunde la desesperación y el desencanto.
Nos sentimos amenazados de muchas formas: La injusticia, la violencia y la corrupción por una parte; el consumismo, y el relativismo  otra. Sentimos la tentación de ceder.
Fácilmente caemos en el pesimismo y la resignación. El ambiente nos ahoga y nos sentimos perdidos, desorientados o perplejos.

En la primera lectura de hoy, el Señor le contesta a Job desde un torbellino. Le muestra lo que Él, el Señor, es capaz de hacer por el ser humano, hasta frenar el mar para que no irrumpa contra él.
Job es el símbolo de la paciencia y la resistencia. Se siente asediado por todas partes. Dios lo interpela haciéndole caer en cuenta de que él es el Señor de la historia. Las dificultades de la vida no podrán derrotar a quien pone toda su confianza en Dios.
El pasaje del evangelio que leemos hoy, presenta las dificultades por las que atravesaba la Iglesia primitiva en el contexto del imperio romano.
El mar es símbolo de peligro; es una amenaza para quienes viven cerca de él, porque saben que por ahí vienen los perseguidores.
La comunidad es esa pequeña nave que navega a la deriva. La fe de muchos naufraga ante las amenazas y las presiones del medio.
Entonces es cuando hay que recordar que Jesús no ha abandonado la barca. El navega con ellos. Es capaz de derrotar la tempestad. La certeza de la presencia de Jesús fortalece la frágil fe de la comunidad.
Sólo la certeza de que Jesús camina con nosotros nos puede ayudar a vencer los miedos y las incertidumbres y a “remar mar adentro, hacia aguas profundas”.

En medio de los conflictos, de los temores y de las inseguridades en nuestro caminar al servicio de la vida, hemos de confiar en Jesús que nos acompaña, pero que no se hace presente visiblemente,  sino  que está en el apoyo de los hermanos.
En el “ir contra la corriente” impulsando el proyecto de Jesús, al sentir que las tormentas nos aplastan,  tenemos que confiar en Jesús que con su palabra nos ilumina y fortalece para seguir navegando.
En la lucha por construir el Reinado de Dios (Una sociedad de amor, de justicia y de paz) hemos de confiar en Jesús que nos da su Espíritu de justica de verdad y de libertad, pero que no se manifiesta en la tormenta, sino en la suave brisa del actuar de los pequeños.
Junio 21 del 2015
Cosme Carlos Ríos


13 de junio de 2015

El actuar de Dios: Con lo pequeño, desde lo pequeño


En algunas parroquias, la gente no se quiere casar en el templo parroquial porque es muy sencillo y buscan templos de mayor apariencia.
Es muy común que las personas asistan a las celebraciones presididas por altos dignatarios de la Iglesia, pero que se niegan a participar en las celebraciones presididas por un laico.

Cuando se considera la magnitud de la catástrofe que se abatió sobre el reino de Judá en el 586 a.C., (de la que nos habla la lectura de Ezequiel), resulta asombroso que el pueblo de Israel no haya desaparecido de la historia como tantas otras naciones del antiguo Oriente.
Jerusalén fue arrasada, el templo incendiado y buena parte de la población llevada al exilio.
Abrumados por la desgracia, algunos israelitas ponían en duda la justicia divina; otros se hundían en la desesperanza, pensando que todo había terminado para Israel como nación, otros, en fin, suplicaban la misericordia divina sin llegar a ver el término de sus padecimientos.
 Entre los que más contribuyeron a mantener despierta la conciencia de los israelitas en el exilio tenemos al profeta Ezequiel, autor del libro que lleva su nombre.
Ezequiel fue ante todo un profeta. Su función fue semejante a la del "centinela", encargado de dar el grito de alerta ante la inminencia del peligro y, al mismo tiempo, responsable de fortalecer la esperanza de los desterrados.
El profeta Ezequiel compara la acción de Dios con la de un campesino que reforesta las cumbres áridas con cedros que se caracterizan por su tamaño excepcional, por la duración de su madera y por su singular belleza.
El nuevo Israel será un rebrote joven plantado en lo alto de los montes de Judá; atrás quedaría la soberbia de la monarquía y todos los peligros de su avidez de poder.
El profeta tiene la esperanza de que su pueblo renazca luego del exilio y su estirpe perdure como lo hacen los cedros que pueden llegar a durar dos mil años.
Para realizar sus planes Dios no necesita utilizar lo grande, sino que realiza su acción desde lo pequeño.
El tema de Jesús es el Reinado de Dios: hoy lo compara con la semilla que crece por su fuerza interior y sin que el agricultor lo note.
También compara el Reinado de Dios con el grano de mostaza, que siendo una semilla pequeñísima crece y se transforma en un arbusto importante.
El reinado de Dios no crece ni por las grandes personalidades, ni por los grandes recursos empleados, crece por la fuerza interna de la acción de Dios.
El reinado de Dios empieza desde lo pequeño y se convierte, como la mostaza en árbol que da cobijo a plantas y animales.
Jesús además usa un lenguaje que no es propio de los grandes, sino que es el lenguaje sencillo del pueblo que entiende y se explica mejor, por medio de comparaciones.
Por otra parte Jesús declara que Dios oculta los misterios del reino a los grandes y entendidos y lo revela a la gente sencilla.

Colaborar en la obra de Jesús exige actitudes sencillas, capaces de descubrir la presencia de Dios en todo lo construye la vida digna para el pueblo, lo que promueve la justicia y la solidaridad.
Evidentemente esto exige mirar permanentemente a Jesús, el rostro misericordioso del Padre, al tiempo y lugar en que estamos para seguir poniendo en práctica las enseñanzas de Jesús y seguir repitiendo sus acciones y sus opciones

Junio 13 del 2015
Cosme Carlos Ríos




6 de junio de 2015

Los tropiezos del camino

El día 07 de Junio celebramos en nuestro Estado la votación para elegir alcaldes, gobernador y diputados locales. Los candidatos representan los intereses de partidos y grupos
El esfuerzo por construir una sociedad justa y fraterna choca casi siempre con los intereses de aquellos que buscan el poder la riqueza y la fama.
El creyente al votar se encuentra en la encrucijada de elegir entre  las propuestas de los diferentes candidatos buscando el mayor beneficio para el pueblo


El redactor original del capítulo del Génesis que leemos hoy, escribe en la época del rey Salomón y el texto constituye una crítica velada a los desmanes de este rey.
El pueblo de Israel nació como el esfuerzo de un grupo de esclavos que por su fé en Yahvé, el Dios del Éxodo, intentaron formar una sociedad en la que no hubiera tributos ni trabajos forzados.
Al surgir la monarquía se abandona el proyecto libertador original y se vuelve a una nueva forma de esclavitud con los trabajos forzados, lo que se manifestó aún más durante el reinado de Salomón.
Olvidando el proyecto libertador original de Yahvé y haciendo sus propias leyes, Salomón, en busca del poder y la riqueza, hizo alianza con los pueblos vecinos tomando esposas entre ellos y esclavizando a su pueblo.
El autor se vale de imágenes para hacer la crítica a los desmanes de Salomón.
El texto que leemos presenta el juicio de Dios sobre esta vuelta al sistema esclavizante, presenta también los pretextos que ponen los diferentes actores y concluye con la sentencia de Yahvé para cada uno de ellos.
Jesús ha iniciado su misión de anunciar la Buena nueva del Reinado de Dios, con hechos y palabras, pero las personas más acostumbradas a una serie de prácticas y de observancias legales,  resisten a la palabra de Jesús.
Se trata de algunos familiares de Jesús que consideran que ha perdido el juicio, de algunos letrados venidos de Jerusalén que lo acusan de estar poseído por un demonio.
Jesús les aclara que no puede ser así porque la división interna lleva por sí misma a la destrucción.
Jesús declara que su verdadera familia la constituyen aquellos que escuchan su palabra y la ponen en práctica
La verdadera familia de Jesús, la familia del reino, traspasa las fronteras biológicas y étnicas, y la constituyen todos los hombres y mujeres que hacen la voluntad de Dios.

Ser hoy familia de Jesús implica para nosotros el esfuerzo permanente por conocer las enseñanzas fundamentales de Jesús y la forma concreta de hacerlas vida en nuestro lugar y en nuestro tiempo.
Ser hoy familia de Jesús implica para nosotros conocer la realidad de nuestro pueblo para detectar el mal que hemos de combatir, en particular al emitir nuestro voto.
Ser hoy familia de Jesús implica para nosotros descubrir el bien que hoy tenemos que realizar para que nuestro pueblo tenga vida, y para fortalecer la esperanza  en un México mejor.
Junio 06 2015
Cosme Carlos Ríos