28 de agosto de 2016

Dios revela sus secretos a los humildes



Vivimos en una época marcada por la eficiencia y la productividad y el espíritu que impulsa es el de la competitividad, de modo que tenemos la tendencia a la superación.
Por lo general no tomamos  en cuenta a los demás y por lo mismo vamos relegando y empobreciendo a los menos competitivos que casi siempre son los menos bien dotados.

El libro del Eclesiástico o Sirácide fue compuesto en hebreo hacia el año 197 a.C. para reafirmar a los judíos de la Diáspora en la fidelidad a la ley y a la tradición de sus mayores, frente a la influencia generalizada de la cultura helenista.
Según las confesiones que hace el autor en el libro,  él se ha dedicado al estudio, enseñanza y exposición de lo que era tradicionalmente la sabiduría, sensatez o prudencia.
Mantiene como fuentes del saber la experiencia, la observación y la reflexión; al mismo tiempo subraya el valor de la tradición y la necesidad de la oración.
El principio de su doctrina consiste en   que lo supremo de la sabiduría es el respeto o reverencia de Dios, y esto se traduce en el cumplimiento de la ley, sobre todo en lo que respecta a la justicia y misericordia para con los débiles y necesitados.
Desde su fuente de la experiencia, la observación, la reflexión y la oración el autor nos invita hoy a actuar en todo con humildad, porque Dios revela sus secretos a los humildes.
Jesús está comiendo invitado por uno de los principales fariseos de la región. Lucas nos indica que los fariseos no dejan de espiarlo.
Jesús, sin embargo, se siente libre para criticar a los invitados que buscan los primeros puestos e, incluso, para sugerir al que lo ha convidado a quiénes ha de invitar en adelante.
 Con palabras claras y sencillas, Jesús le indica al anfitrión cómo ha de actuar: «No invites a tus amigos ni a tus hermanos ni a tus parientes ni a los vecinos ricos
Y al mismo tiempo, Jesús le señala en quiénes ha de pensar: «Invita a los pobres, lisiados, cojos y ciegos».
Los pobres no tienen medios para corresponder a la invitación. De los lisiados, cojos y ciegos, nada se puede esperar. Por eso, no los invita nadie.
Jesús no acepta es que  las relaciones familiares  sean siempre las relaciones prioritarias, privilegiadas y exclusivas.
En el reino nadie ocupa los primeros lugares ni por derecho propio ni por cortesía; los primeros lugares los ocupan quienes hayan renunciado a la manera humana de pensar y se hayan puesto al servicio de los demás.
A los que buscan el reino de Dios, esforzándose por construir un mundo más humano y fraterno, Jesús les recuerda que la acogida a los pobres y desamparados ha de ser anterior a las relaciones interesadas y los convencionalismos sociales.

Ser discípulo de Jesús hoy, vivir la sabiduría que Él enseño implica para nosotros la actitud permanente de superación, pero no sólo como algo individual, sino como miembros de la familia de Dios.
Esto requiere reconocer las propias limitaciones y a la vez los valores de los demás ayudando a que todos los hijos de Dios tengamos cada día una mejor calidad de vida.
Ser discípulo de Jesús hoy, implica para nosotros compartir nuestros bienes no con los que tienen más o igual que nosotros, sino apoyar las causas de las personas más desprotegidas
Cosme Carlos Ríos
Agosto 28 del 2016
Fiesta de San Agustín de Hipona, patrono de los Catequista
Felicidades a todas las personas que participan en este importante ministerio.





20 de agosto de 2016

Nos salvamos viviendo domo hijos de Dios y como hermanos de los demás


Hay muchas personas que se preocupan por obtener la salvación, pero que no buscan los medios y caminos para lograrla.
Es frecuente que los grupos religiosos se sientan los elegidos por Dios y como consecuencia. miran con desprecio, con antipatía y hasta con odio a las personas que creen de una manera diferente

Tomamos la primera lectura de hoy de la parte del libro de Isaías que se atribuye al Tercer Isaías. Nos habla de la época que siguió al regreso de Babilonia.
Durante el destierro en Babilonia se afianzó el nacionalismo judío en base a tres ejes fundaméntales: La circuncisión, la observancia del sábado y las leyes de pureza.
De este modo, los judíos se consideran un pueblo elegido por Dios, muy superior a los demás pueblos.
El texto de hoy nos manifiesta el deseo de Yahvé de recoger a todos los israelitas dispersos para formar un solo pueblo.
En el Evangelio seguimos a Jesús en su viaje a Jerusalén: Jesús ha proclamado como centro de su mensaje “El Reinado de Dios”. Él nos presenta a Dios como Padre amoroso.
Esta es la clave para entender toda la vida y el ministerio de Jesús.
En el camino alguien le pregunta a Jesús si son pocos los que se salvan Y Jesús, en vez de responder a la pregunta dice: “Esfuércense por entrar por la puerta estrecha”
En el evangelio de Juan leemos: “Tanto amó Dios al mundo que le entregó  a su hijo único para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna”.
También encontramos otras dos afirmaciones: “Yo soy la puerta” y “Yo soy el camino, la verdad y la vida, nadie va al Padre si no es por mí”.
Salvarse significa participar de la vida del Padre. Para tenerla el único camino es Jesús, la única puerta es Jesús.
Para estar junto al Padre necesitamos vivir como hijos suyos y como hermanos de los demás: El esfuerzo que esto requiere, las renuncias que nos impone son la puerta estrecha,

Entrar por la puerta estrecha exige de nosotros un esfuerzo permanente de respeto hacia las personas que sienten, piensan o actúan de diferente manera a nosotros.
Entrar por la puerta estrecha exige de nosotros un esfuerzo permanente para que todos los seres humanos, tengamos vida digna: alimento, salud, trabajo, etc
Agosto 20 del 2016

Cosme Carlos Ríos 

13 de agosto de 2016

Elproyecto de Dios provoca conflicto

El proyecto de Dios provoca conflicto

El Papa Francisco ha iniciado una renovación en la Iglesia y tiene por ello muchos opositores especialmente entre las personas que ocupan altos puestos en la administración de la Iglesia.
Muchos de ellos están acostumbrados a vivir como príncipes y tienen el temor de perder sus privilegios

Jeremías vive en una época de conflicto, pues las dos grandes potencias, Egipto y Babilonia luchan por el poder total, mientras que Judá tierra de Jeremías se encuentra en medio y tiene que tomar partido.
La nobleza, el ejército, los sacerdotes de alto rango y los latifundistas han decidido enfrentar a Babilonia, haciendo alianza con Egipto.
Ellos confían en la indestructibilidad de Jerusalén, en la inviolabilidad del templo y en la permanente presencia de la dinastía de David en el trono.
Jeremías, un hombre pacifista y que con una gran lucidez mide el tamaño de las fuerzas, habla en contra de las falsas seguridades e invita a rendirse a Babilonia
Los nacionalistas no pudieron soportar esto, que consideraban contrario a los intereses de su pueblo. Este lenguaje era considerado como traidor por los nacionalistas.
Indudablemente, desde el punto de vista meramente humano, la predicación derrotista del profeta sembraba la desmoralización de los defensores de la ciudad.
No habría otra solución que quitar del medio a esa voz traidora e inoportuna. Para ellos, Jeremías no era patriota: no busca la paz de este pueblo, sino el mal.
Los jefes nacionalistas, con anuencia del rey, arrojaron al profeta a una cisterna. No se atrevieron a derramar su sangre, y prefirieron una muerte incruenta. El hecho de derramar sangre les impresionaba más.
Un extranjero, actúa a favor de los derechos de un profeta de Yahvé. Este etíope sabe que el rey es débil de carácter y que, no ha sabido imponerse a los inicuos designios de sus cortesanos respecto a Jeremías, pero que tiene buenos sentimientos.
Él recrimina la conducta de los jefes nacionalistas y convence al rey que le proporciona tres hombres que le ayuden en la liberación del profeta.
El profeta pide un cambio al pueblo y a las autoridades, no se puede poner la seguridad en Egipto, ni en  la dinastía de David, ni en el templo, ni en la ciudad de Jerusalén, sino solamente en Dios.
Ellos prefieren deshacerse de Jeremías a cambiar sus seguridades.
Jesús desde el comienzo de su ministerio está invitando a un cambio que incluye a las personas y también a las instituciones religiosas (El templo y la sinagoga) y políticas.
Un fuego abrasador mueve a Jesús en el anuncio y construcción del Reinado de Dios, pero, al ir contra la corriente, Jesús recibirá un bautismo en su propia sangre de parte de los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas.

Anunciar el Reino de Dios, esforzarse por construirlo,  implica una lucha contra los que quieren conservar el poder, la riqueza y la injusticia, que no se detienen en los medios para eliminar a sus opositores.
Como Jesús y como Jeremías necesitamos el fuego del Espíritu que nos impulse a construir el Reinado de Dios, un mundo  donde:
Ninguna familia sin vivienda,
Ningún campesino sin tierra,
Ningún trabajador sin derechos,  
Ningún pueblo sin soberanía,
Ninguna persona sin dignidad,
Ningún niño sin infancia,
Ningún joven sin posibilidades,
Ningún anciano sin una venerable vejez.

Cosme Carlos Ríos

Agosto 13 del 2016 

6 de agosto de 2016

Atentos a los signos de los tiempos


En el trabajo pastoral con frecuencia no tomamos en cuenta que nuestra actividad sea respuesta a las necesidades de la comunidad y con frecuencia, no tenemos claro lo que queremos lograr.
Esto nos pone en riesgo de hacer lo que nos gusta, lo que queremos, (ciertamente algo bueno), pero que no necesariamente es lo que Dios quiere que hagamos aquí y ahora.

En el libro de la Sabiduría, la sabiduría ocupa una posición altísima, mientras que la justicia atraviesa el libro de punta a punta: justicia, injusticia, justos e injustos, juicio.
El autor es anónimo. Es muy probable que haya vivido en Alejandría. La fecha de composición hacia fines del siglo I a. C. Es cronológicamente el último libro del Antiguo Testamento.
El libro de la Sabiduría es el más importante tratado de «teología política» del Antiguo Testamento. Podemos decir que es un tratado sobre la justicia en el gobierno, con argumentación teológica y orientación doctrinal.
Los israelitas, oprimidos en Egipto, experimentaron que el Señor era su salvador la noche en que murieron los primogénitos de los egipcios.
Por eso aquella noche tuvo una significación trascendental para la historia de los hebreos. Les recordaba las promesas que Dios había hecho a sus padres; que desde entonces Israel fue un pueblo libre y consagrado al Señor.
La primera cena del cordero pascual sirve de modelo a lo que había de ser centro de la vida religiosa y cultural.
La participación en un mismo sacrificio simbolizaba la unión solidaria de un pueblo en un destino común. La celebración pascual recuerda que Dios no cesa de elegir a su pueblo entre los justos y de castigar a los impíos.
El verdadero sabio en la Biblia es el que se esfuerza por conocer la voluntad de Dios, la saborea y la disfruta: en el caso presente el proyecto solidario de obtener la libertad y la Tierra prometida
El Evangelio nos hace ver que los discípulos deben estar en vela y preparados para la venida de Jesús, cuya hora nadie conoce.
Nos lo ilustra con la imagen de un criado que aguarda a su señor, que ha de volver de un banquete de bodas a alguna hora de la noche.
Cuando llame el señor, deberá estar ya el criado a la puerta para abrir, dejar pasar y conducir al señor a su casa.
Para esto está allí el criado y lleva la túnica recogida; como cuando se está de camino, se trabaja o se combate, tiene ceñida la cintura y sostiene en la mano una lámpara encendida.
Si no llevase la túnica recogida no podría ir prontamente a la puerta, y si tuviera que ir primero a buscar la lámpara y encenderla, pondría de mal humor a su señor.
Esto, aplicado al discípulo, significa que a cada momento debe estar equipado moralmente de tal forma que pueda inmediatamente acudir a la llamada del Señor cuando lo llame
El discípulo que está pronto es felicitado, es llamado dichoso por Jesús. Entre dos bienaventuranzas se expresan los bienes que aguardan al siervo que está siempre en vela, incansable y fiel. El Señor le servirá a la mesa
Se cambia por completo la situación: el siervo es señor, y el Señor es siervo. Dios hace participar de su gloria a los que velan.

Para ser cristianos sabios tenemos que esforzarnos por conocer, saborear y disfrutar la voluntad de Jesús, realizada en el servicio a los hermanos más necesitados
Para vivir el Evangelio de hoy que nos pide estar vigilantes tenemos que estar atentos a las señales que Dios nos está dando; podemos descubrirlas en las necesidades que tienen los hermanos, en los problemas de nuestro mundo.
Para ser servidores sabios tenemos que hacerlo con objetivos claros, definiendo lo que queremos lograr y buscando la mejor manera de organizaros para lograrlo.
¡Tierra, Techo y Trabajo son derechos sagrados!
¡Ningún trabajador sin derechos!
¡Ninguna familia sin viviendas!
¡Ningún campesino sin tierra!
¡Ningún pueblo sin territorio!

Agosto 06 del 2016
Cosme Carlos Ríos