En
el trabajo pastoral con frecuencia no tomamos en cuenta que nuestra actividad
sea respuesta a las necesidades de la comunidad y con frecuencia, no tenemos
claro lo que queremos lograr.
Esto
nos pone en riesgo de hacer lo que nos gusta, lo que queremos, (ciertamente algo
bueno), pero que no necesariamente es lo que Dios quiere que hagamos aquí y
ahora.
En
el libro de la Sabiduría, la sabiduría ocupa una posición altísima, mientras
que la justicia atraviesa el libro de punta a punta: justicia, injusticia,
justos e injustos, juicio.
El
autor es anónimo. Es muy probable que haya vivido en Alejandría. La fecha de
composición hacia fines del siglo I a. C. Es cronológicamente el último libro
del Antiguo Testamento.
El
libro de la Sabiduría es el más importante tratado de «teología política» del
Antiguo Testamento. Podemos decir que es un tratado sobre la justicia en el
gobierno, con argumentación teológica y orientación doctrinal.
Los
israelitas, oprimidos en Egipto, experimentaron que el Señor era su salvador la
noche en que murieron los primogénitos de los egipcios.
Por
eso aquella noche tuvo una significación trascendental para la historia de los
hebreos. Les recordaba las promesas que Dios había hecho a sus padres; que
desde entonces Israel fue un pueblo libre y consagrado al Señor.
La
primera cena del cordero pascual sirve de modelo a lo que había de ser centro
de la vida religiosa y cultural.
La
participación en un mismo sacrificio simbolizaba la unión solidaria de un
pueblo en un destino común. La celebración pascual recuerda que Dios no cesa de
elegir a su pueblo entre los justos y de castigar a los impíos.
El
verdadero sabio en la Biblia es el que se esfuerza por conocer la voluntad de
Dios, la saborea y la disfruta: en el caso presente el proyecto solidario de
obtener la libertad y la Tierra prometida
El
Evangelio nos hace ver que los discípulos deben estar en vela y preparados para
la venida de Jesús, cuya hora nadie conoce.
Nos
lo ilustra con la imagen de un criado que aguarda a su señor, que ha de volver
de un banquete de bodas a alguna hora de la noche.
Cuando
llame el señor, deberá estar ya el criado a la puerta para abrir, dejar pasar y
conducir al señor a su casa.
Para
esto está allí el criado y lleva la túnica recogida; como cuando se está de
camino, se trabaja o se combate, tiene ceñida la cintura y sostiene en la mano
una lámpara encendida.
Si
no llevase la túnica recogida no podría ir prontamente a la puerta, y si
tuviera que ir primero a buscar la lámpara y encenderla, pondría de mal humor a
su señor.
Esto,
aplicado al discípulo, significa que a cada momento debe estar equipado
moralmente de tal forma que pueda inmediatamente acudir a la llamada del Señor
cuando lo llame
El
discípulo que está pronto es felicitado, es llamado dichoso por Jesús. Entre
dos bienaventuranzas se expresan los bienes que aguardan al siervo que está
siempre en vela, incansable y fiel. El Señor le servirá a la mesa
Se
cambia por completo la situación: el siervo es señor, y el Señor es siervo.
Dios hace participar de su gloria a los que velan.
Para
ser cristianos sabios tenemos que esforzarnos por conocer, saborear y disfrutar
la voluntad de Jesús, realizada en el servicio a los hermanos más necesitados
Para
vivir el Evangelio de hoy que nos pide estar vigilantes tenemos que estar
atentos a las señales que Dios nos está dando; podemos descubrirlas en las
necesidades que tienen los hermanos, en los problemas de nuestro mundo.
Para
ser servidores sabios tenemos que hacerlo con objetivos claros, definiendo lo
que queremos lograr y buscando la mejor manera de organizaros para lograrlo.
¡Tierra,
Techo y Trabajo son derechos sagrados!
¡Ningún
trabajador sin derechos!
¡Ninguna
familia sin viviendas!
¡Ningún
campesino sin tierra!
¡Ningún pueblo sin territorio!
Agosto 06 del 2016
Cosme Carlos Ríos
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