27 de marzo de 2013


Jueves Santo

Testamento de Jesús

La cena, memorial y actualización

La nueva ley: el servicio.

Es frecuente entre nosotros recordar la última cena de Jesús, pero solemos hacerlo, sólo como un acto meramente ritual.

No la ubicamos en el tiempo histórico de Jesús y no tomamos en cuenta las necesidades que hoy tienen los hermanos y el modo en que la celebró Jesús.

 

En la última cena Jesús nos deja su testamento: “Hagan esto acordándose de mí”.

La Escritura nos recuerda que la noche en que iba a ser entregado, Jesús se reunió con sus discípulos para celebrar la cena de Pascua.

En el mundo judío, la cena pascual era celebración, memorial y actualización de un doble acontecimiento: La liberación de Egipto y la alianza celebrada con Yahvé.

Celebraban la Pascua en la luna llena de primavera; en ella recordaban el  acontecimiento de la liberación de la esclavitud.

Actualizaban la Pascua reforzando su compromiso  con Yahvé y entre ellos mismos, de seguir luchando por una sociedad sin desigualdades, sin impuestos ni trabajos forzados.

Jesús, como buen judío, acostumbra celebrar la pascua, pero en esta ocasión tiene algo especial que celebrar: es la última que celebrará y lo hará en compañía de aquellos que comparten su vida y su causa: el Reinado de Dios.

Por ser la última trae a la mente toda la vida de Jesús entregada a la causa del Reino de Dios,

Por ser la última es la culminación de una serie de comidas, que tienen como característica el ser incluyentes de los rechazados por la sociedad de su tiempo, y por ser un signo del actuar misericordioso del Padre.

Por ser una cena con sus discípulos quiere reforzar la amistad entre ellos y con Jesús y el compromiso de seguir luchando por el reinado de Dios.

El lavatorio de los pies es el símbolo que ha de caracterizar al discípulo: la permanente actitud de servir a los demás por amor.

Más que convertir a los discípulos en gente notable, lo que hace Jesús, es insistirles en que sean ellos los que sigan impulsando la causa del reinado de Dios.

 

Celebrar el Jueves Santo significa para nosotros un esfuerzo grande por construir una Iglesia incluyente en la que se vive la misericordia de Jesús.

Celebrar el Jueves Santo significa para nosotros un trabajo permanente por vivir unidos entre nosotros y con Jesucristo.

Celebrar el Jueves Santo significa para nosotros un esfuerzo grande por servir con amor, a los más desamparados.

Celebrar el Jueves Santo significa para nosotros un esfuerzo grande para que los ministros de Jesucristo nos parezcamos más a Él, en nuestra forma de vivir y en la orientación de nuestro trabajo.

¿Qué otra cosa convendría hacer para vivir el Jueves Santo a la manera de Jesús?

CCR

 

 

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