11 de enero de 2013

EXHORTACIÓN APOSTOLICA PARA ANUNCIAR EL EVANGELIO
VI. AGENTES DE LA EVANGELIZACIÓN

La Iglesia entera es misionera

     59. "Incumbe a la Iglesia por mandato divino ir por todo el mundo y anunciar el Evangelio a toda creatura" . "La Iglesia entera es misionera, la obra de evangelización es un deber fundamental del pueblo de Dios".

 Cuando la Iglesia anuncia el reino de Dios y lo construye, ella se implanta en el corazón del mundo como signo e instrumento de ese reino que está ya presente y que viene.

 

Un acto eclesial

     60. La constatación de que la Iglesia es enviada y tiene el mandato de evangelizar a todo el mundo, debería despertar en nosotros una doble convicción.

     Primera: evangelizar no es para nadie un acto individual y aislado, sino profundamente eclesial.

     Segunda convicción: Ningún evangelizador es el dueño absoluto de su acción evangelizadora, con un poder      discrecional para cumplirla según los criterios y perspectivas individualistas, sino en comunión con la Iglesia y sus      Pastores.

     La Iglesia se siente responsable de la tarea de difundir el Evangelio.

 

La perspectiva de la Iglesia universal

     61. Los primeros cristianos manifestaban gustosamente su fe profunda en la Iglesia, indicándola como extendida por todo     el universo.

Tenían plena conciencia de pertenecer a una gran comunidad que ni el espacio ni el tiempo podían limitar.

 

 La perspectiva de la Iglesia particular

     62. Sin embargo, esta Iglesia universal se encarna de hecho en las Iglesias particulares, constituidas de tal o cual porción de humanidad concreta, que hablan tal lengua, son tributarias de una herencia cultural, de una visión del mundo, de un pasado histórico, de un substrato humano determinado.

La apertura a las riquezas de la Iglesia  particular responde a una sensibilidad especial del hombre contemporáneo.

 

Adaptación y fidelidad de lenguaje

     63. Las Iglesias particulares tienen la función de asimilar lo esencial del mensaje evangélico, de trasvasarlo, sin la menor traición a su verdad esencial, al lenguaje que esos hombres comprenden, y, después de anunciarlo en ese  mismo lenguaje.

     La evangelización pierde mucho de su fuerza y de su eficacia, si no toma en consideración al pueblo concreto al que se dirige, si no utiliza su "lengua", sus signos y símbolos, si no responde a las cuestiones que plantea, no llega a su vida concreta.

 

El inalterable depósito de la fe

65. En el Sínodo Insistíamos sobre la grave responsabilidad que nos incumbe, que compartimos con nuestros hermanos en el Episcopado, de guardar inalterable el contenido de la fe católica que el Señor confió a los Apóstoles: traducido en todos los lenguajes, revestido de símbolos propios en cada pueblo debe seguir siendo el contenido de la fe católica tal       cual el Magisterio eclesial lo ha recibido y lo transmite.

 

Tareas diferenciadas

66. Toda la Iglesia está pues llamada a evangelizar y, sin embargo, en su seno tenemos que realizar diferentes tareas evangelizadoras.

Esta diversidad de servicios en la unidad de la misma misión constituye la riqueza y la belleza de la evangelización.

 

El Sucesor de Pedro

     67     La potestad plena, suprema y universal que Cristo ha confiado a su Vicario para el gobierno pastoral de su Iglesia, consiste especialmente en la actividad, que ejerce el Papa, de predicar y de hacer predicar la Buena Nueva de la salvación.

 

Obispos y Sacerdotes

     68. Lo que constituye la singularidad de nuestro servicio sacerdotal, lo que da unidad profunda a la infinidad de tareas que nos solicitan a lo largo de la jornada y de la vida, lo que confiere a nuestras actividades una nota específica, es precisamente esta finalidad presente en toda acción nuestra: "anunciar el Evangelio de Dios".

En cuanto Pastores, hemos sido escogidos por la misericordia del Supremo Pastor, … para proclamar con autoridad la Palabra de Dios; para reunir al pueblo de Dios que estaba disperso: para  alimentar a este pueblo con los signos de la acción de Cristo que son los sacramentos; para ponerlo en el camino de la salvación; para mantenerlo en esa unidad; para animar sin cesar a esta comunidad reunida en torno a Cristo, siguiendo la línea de su vocación más íntima.

 

Los religiosos

     69. Ellos encarnan la Iglesia deseosa de entregarse al radicalismo de las bienaventuranzas.

Ellos son por su vida signo de total disponibilidad para con Dios, la Iglesia, los hermanos.

     Su actividad misionera depende evidentemente de la jerarquía y debe coordinarse con la pastoral que ésta desea poner en práctica.

 

Los seglares

 70. Los seglares, cuya vocación específica los coloca en el corazón del mundo y a la guía de las más variadas tareas temporales, deben ejercer por lo mismo una forma singular de evangelización.

Su tarea primera e inmediata es  el poner en práctica todas las posibilidades cristianas y evangélicas escondidas, pero a su vez ya presentes y activas en las cosas del mundo.

El campo propio de su actividad evangelizadora, es el mundo vasto y complejo de la política, de lo social, de la economía, y también de la cultura, de las ciencias y de las artes, de la vida internacional, de los medios de comunicación de masas, así como el amor, la familia, la educación de los niños y jóvenes, el trabajo profesional, el sufrimiento, etc.

 

 La familia

     71. Dentro de una familia consciente de esta misión, todos los miembros de la misma evangelizan y son evangelizados. Los padres no sólo comunican a los hijos el Evangelio, sino que pueden a su vez recibir de ellos este mismo Evangelio profundamente vivido.

 

Los jóvenes

72 Su importancia numérica y su presencia creciente en la sociedad, los problemas que se les plantean deben despertar en nosotros el deseo de ofrecerles con celo e inteligencia el ideal que deben conocer y vivir.

Pero, además, es necesario que los jóvenes bien formados en la fe y arraigados en la oración, se conviertan cada vez más en los apóstoles de la juventud.

La   Iglesia espera mucho de ellos.

Ministerios diversificados

     73Los seglares también pueden sentirse llamados o ser llamados a colaborar con sus Pastores en el servicio de la comunidad eclesial, para el crecimiento y la vida de ésta, ejerciendo ministerios muy diversos según la gracia y los carismas que el Señor quiera  concederles.

Una mirada sobre los orígenes de la Iglesia es muy esclarecedora y aporta el beneficio de una experiencia en     materia de ministerios, experiencia tanto más valiosa en cuanto que ha permitido a la Iglesia consolidarse, crecer y     extenderse.

Beber en estas fuentes siempre inspiradoras, no sacrificar nada de estos valores y saber adaptarse a las exigencias y a las necesidades actuales, tales son los ejes que permitirán buscar con sabiduría y poner en claro los ministerios que necesita la Iglesia y que muchos de sus miembros querrán abrazar para la mayor vitalidad de la comunidad eclesial.

Estos ministerios adquirirán un verdadero valor pastoral y serán constructivos en la medida en que se realicen con respecto absoluto de la unidad.

Tales ministerios, nuevos en apariencia pero muy vinculados a experiencias vividas por la Iglesia a lo largo de su existencia -catequistas, animadores de la oración y del canto, cristianos consagrados al servicio de la palabra de Dios o a la asistencia de los hermanos necesitados, jefes de pequeñas comunidades, responsables de  Movimientos apostólicos u otros responsables; son preciosos para la implantación, la vida y el crecimiento de la Iglesia y para su capacidad de irradiarse en torno a ella y hacia los que están lejos.

 Para los agentes de la evangelización se hace necesaria una seria preparación.

Tanto más para quienes se consagran al ministerio de la Palabra.

¿A quién corresponde la actividad misionera?

¿Por qué hay que adaptar el mensaje sin dejar de ser fieles a él?

¿Cuál es la tarea del Papa?

¿Cuál es la tarea de los Obispos y Sacerdotes?

¿Cuál es la tarea de los Religiosos?

¿Cuál es la tarea de los seglares?
¿Cuál es la tarea de la familia?
Cuál es la tarea de los jóvenes?
¿Por qué son importantes los ministerios?
¿Qué vamos a hacer para realizar en forma coordinada la tarea de cada uno?

 

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