12 de enero de 2013


Bautismo= vida nueva

        Entre los que nos llamamos católicos, la mayoría ha recibido el Sacramento del Bautismo, pero su forma de vida poco o nada hace referencia a las enseñanzas y ejemplos de Jesucristo.

En el mundo hay graves problemas de hambre, y en nuestro México relatan la violencia y el crimen organizado porque, nuestra cultura y nuestra organización social da más importancia a la ganancia que al valor de la persona.

  Los pastores y los fieles, poco o nada, nos hacemos cargo de ello, buscando una mejor situación.

Conversamos, sí, criticamos, pero no nos esforzamos por cambiar la situación para que haya una vida nueva y mejor para todos.

 

        Para el pueblo judío el destierro en Babilonia fue uno de los mayores sufrimientos. Un discípulo de Isaías surge en esa situación como un verdadero evangelista que lleva consuelo y esperanza al pueblo, anunciándole una vida nueva.

        Anuncia de parte de Dios la presencia de un libertador que cambiará la suerte de los desterrados. Presenta a este libertador como el elegido, el preferido de Dios.

        Dios ha puesto su espíritu sobre este libertador que traerá la justicia a las naciones; a él Dios lo ha tomado de la mano para ser instrumento de salvación para el pueblo, para que sea “luz de las naciones”

 

        En el libro de los Hechos de los apóstoles, Pedro habla de lo que pasó en toda la tierra de los judíos después del bautismo de Juan.

Afirma que Dios ungió de poder y del Espíritu Santo a Jesús de Nazaret  y que este estuvo haciendo el bien y sanando a todos los que estaban bajo el poder del diablo.

 

        En el Evangelio de Lucas que leemos hoy, Juan, el Bautista habla de Jesús como el que bautizará con el Espíritu Santo y con fuego.

        Jesús de Nazaret ha pasado como treinta años en su pueblo y ahora se siente llamado por Dios a una entrega mayor, por lo que acude a recibir el bautismo de Juan e iniciar una nueva forma de vida.


   Al momento de recibir el bautismo, en forma visible como de una paloma, baja el Espíritu Santo sobre Él y se oye una voz que lo proclama como “Mi Hijo amado a quien yo he elegido”

Jesús toma conciencia de su misión y comienza una nueva forma de vivir

 

Tomar conciencia de nuestro bautismo significa entender que fuimos consagrados para una misión: hacer de nuestro mundo un lugar donde haya vida digna para todos.

Tomar conciencia de nuestro bautismo significa hacernos cargo de que fuimos elegidos, hechos hijos de Dios para construir un mundo de justicia.

Tomar conciencia de nuestro bautismo significa luchar contra el problema del hambre que impide que una gran parte de la humanidad tenga una vida digna, mientras que hay abundancia de comida para todos.

Tomar conciencia de nuestro bautismo significa buscar incansablemente los caminos que nos lleven a combatir la violencia y el crimen organizado.

Tomar conciencia de nuestro bautismo significa ser luz para todos los hermanos ayudándolos a encontrarse con Jesús.

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