Seguir
a Jesús
Es
común que los creyentes hablemos de espiritualidad y la vivamos por medio de
una serie de prácticas religiosas, sin que ellas tengan una relación expresa
con el seguimiento de Jesucristo.
No
es frecuente que los cristianos nos distingamos por las obras de misericordia
más bien algunos cristianos se distinguen por su austeridad y su vida de
oración.
Los biblistas
actuales sostienen que el libro de Jonás no es un libro profético ni histórico,
sino una novela con mensaje.
El
libro de Jonás fue compuesto después de que los israelitas regresaron del
exilio en Babilonia. Es un libro de protesta, pues en esa época se asentó el
judaísmo.
El
judaísmo es una visión religiosa que considera que los judíos son el pueblo
elegido, privilegiado por Dios y por ello ignoran y desprecian a los otros pueblos.
En
un primer momento el libro presenta a Jonás (que piensa como el resto de los
judíos) poniendo resistencia a la orden de Dios.
Después
de una dura experiencia, Jonás va a Nínive y arduamente predica el mensaje
recibido y obtiene la conversión de los ninivitas, expresada en el ayuno y los
signos de arrepentimiento.
Marcos
nos presenta el inicio del ministerio de Jesús; hace notar que comienza después
de que Juan fue arrestado y señala como lugar de inicio: la Galilea.
Jesús
presenta su propuesta como una Buena Noticia: La cercanía del Reinado de Dios y
pide como respuesta un cambio de vida: la conversión.
Jesús
tiene conciencia de que él solo no puede realizar la obra y por ello comienza
a buscar colaboradores. Invita a que
ellos lo sigan.
Los
que siguieron a Jesús formaron un equipo en el que se hacía la experiencia de
fraternidad, se compartía, se escuchaban las enseñanzas de Jesús y colaboraban
con él en su Buena Noticia.
Seguir
a Jesús hoy significa:
v Formar
parte de su equipo, hacer la experiencia de su modo de vida,
v Escuchar
las enseñanzas del Maestro
v Vivir
la fraternidad: compartir
v Anunciar
su proyecto como Buena Noticia
v Con
hechos y palabras trabajar para que las situaciones que deshumanizan se
conviertan en situaciones humanas
Seguir
a Jesús hoy implica un profundo conocimiento de su persona, de su palabra y de
su proyecto: un esfuerzo permanente por encontrarlo en la Escritura, en la
Eucaristía y en los pobres.
Seguir
a Jesús hoy implica también tomar conciencia de las situaciones que
deshumanizan y denunciarlas haciendo propuestas de cambio.
Seguir
a Jesús implica hacer equipo con otros para analizar la realidad que
deshumaniza, para iluminarla con la palabra meditada en la oración y el
constante esfuerzo por humanizar.
Seguir
a Jesús implica una forma profunda de espiritualidad que pone en el centro a
Jesús y desde su conocimiento y amor le da sentido a toda la vida.
Cosme
Carlos Ríos
Enero
24 del 2015
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