6 de junio de 2013


El sagrado Corazón

En la mayoría de las iglesias la tarea pastoral consiste en la educación en la fé y en el culto, pero no se nota un amor profundo que lleva a pastores y fieles a preocuparse por aquellos que son más débiles en la comunidad..

 

El profeta Ezequiel actuó durante la época del exilio que vivieron en Babilonia las personas notables del pueblo de Judá.

El ejército de los babilonios destruyó las seguridades de este pueblo al arrasar la ciudad de Jerusalén, al destruir el templo y derrotar y exiliar a los descendientes de David.

En Babilonia no son prisioneros ni esclavos: los babilonios les han sido tierras de mala calidad y ahora los que eran dirigentes tienen que trabajarlas, obteniendo escasa producción.

Su estado de ánimo es depresivo pues no tienen dirigentes ni civiles ni religiosos y piensan que Dios los ha abandonado.

Ezequiel  les devuelve la esperanza mostrándoles un Dios pastor, un Dios que, los ama, que va en busca de ellos en su desesperada situación, que vela por ellos y va por ellos dondequiera que se encuentren.

La imagen de Dios que presenta Ezequiel es la del que pro amor busca al pueblo, lo reúne y lo quiere traer a su tierra para que tengan alimento en abundancia. Esto lo realizará Él mismo.  

Su amor lo impulsa a tener especial preocupación por la que se ha perdido y por la descarriada, la herida y la débil.

Por su parte el salmo constituye un eco de esta acción de Dios que guía a su pueblo por caminos rectos, que repara sus fuerzas, lo acompaña y lo libra de temores.

La misericordia y la bondad son las características del pastor que acompañan al pueblo.

En la carta a los romanos Pablo declara que Dios ha infundido su amor en nuestros corazones y la prueba de que Dios nos ama es que Cristo murió por nosotros cuando aún éramos pecadores.

En el evangelio, Jesús que ha visto las actitudes de los pastores, recuerda a los fariseos y a los escribas, que si a un pastor se le pierde una oveja deja a todas las otras y va a buscarla hasta que la encuentra.

La fiesta del Sagrado Corazón en este año hace énfasis en el amor de Dios y el mismo Jesús como pastor que ama.

Celebrar la fiesta del Sagrado Corazón de Jesús ha de significar para nosotros, amar y preocuparnos por las personas que están en vulnerabilidad como los ancianos, enfermos y personas maltratadas.

Celebrar la fiesta del Sagrado Corazón de Jesús ha de significar para nosotros buscar a las personas que se han descarriado y poner los medios para que regresen.

Celebrar la fiesta del Sagrado Corazón de Jesús ha de significar para nosotros amar a las personas que son rechazadas por la sociedad

CCR

 

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