28 de abril de 2012

El buen pastor conoce sus ovejas

El problema de la desigualdad social y del desempleo ha ido creciendo en los últimos años, repercutiendo de modo más grave en los adolescentes y en los jóvenes. Ha crecido la migración forzada, con todo lo que significa. estar fuera de casa, fuera del país, expuestos a todo los peligros, y a merced de las mafías y de autoridades corruptas.

Ante esta situación es poca o nula la presencia y la voz de los pastores de Iglesia en defensa de los más débiles y necesitados. Tampoco estamos haciendo propuestas para un sistema social que ofrezca vida digna para todos. Es notable la presencia de muchos de nosotros, pastores, al lado de empresarios y políticos pero no al lado del pueblo.

Las autoridades civiles junto con el poder económico son los promotores de un sistema social que por estar situado en la lógica del mercado va destruyendo la vida del pueblo. Jesús es el buen pastor que conoce a sus ovejas, que da la vida por ellas y las quiere reunir bajo un sólo rebaño

En 1979 los obispos latinoamericanos reunidos en Puebla declararon:
«Ir delante de las ovejas» significa estar atentos a los caminos por los que los fieles transitan.
«Dar la vida» señala la medida del «ministerio jerárquico» y es la prueba del mayor amor.
«Conocer a las ovejas y ser conocidos es involucrar el propio ser, amar como quien vino no a ser servido sino a servir. Los pastores tenemos que estar atentos a los problemas por los que están pasando nuestros hermanos sobre todo los más pobres.

Ser pastores como Jesús significa que nuestra manera de vivir tiene que renunciar a los privilegios, para compartir la limitación que sufren los hermanos, cuando no les alcanza para la despensa, para el pago de los servicios, para los gastos de la salud, para las cuotas escolares.

Tenemos que analizar con los pobres el problema del desempleo y los bajos salarios y encontrar soluciones de todos para todos. Tenemos que descubrir y denunciar la lógica perversa del sistema de muerte que produce ricos cada vez más ricos, pero a costa de pobres cada vez más pobres.

Tenemos que acompañar y estar presentes al lado de los hermanos que sufren y al lado de aquellos que luchan en defensa de la dignidad de la persona y de los derechos humanos.

Tenemos que trabajar al lado de los jóvenes y adolescentes para encontrar con ellos soluciones que les permitan lograr un crecimiento integral: en educación, empleo, reconocimiento de su dignidad, que les permita integrarse en todos los beneficios de la vida social.

Tenemos que hacer conciencia en nuestras comunidades del problema de la migración y buscar soluciones asistenciales al problema, lo cual es urgente, pero tratando de ir a las causas del problema que son la falta de fuentes de trabajo digno y suficiente en sus lugares de origen.

Tenemos que abrir un diálogo entre pastores y fieles para que los planes de pastoral estén impregnados de esfuerzos para que los pobres tengan una vida digna y la tengan en abundancia. Hagamos propuestas para mejorar el pastoreo en nuestras comunidades.

CCR

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