5 de noviembre de 2016

Creer en la Resurrección significa ponerse a tono con el Dios de la vida

Para Dios todos sus hijos están vivos

Acostumbramos manifestar nuestra fé en la resurrección rindiendo culto a nuestros difuntos por medio de oraciones, altares dedicados a su memoria y visita a los cementerios.
Sin embargo el culto y la memoria de los fieles difuntos se reduce a un día o si acaso al mes de Noviembre. Rara vez este culto y esta memoria nos lleva mejorar nuestra vida y nuestro trato con los vivos.

En el contexto de este mes de Noviembre, dedicado a la memoria de los fieles difuntos, las lecturas de este día nos presenta aspectos que nos ponen a tono con la realidad de la vida y de la muerte.
En la primera lectura encontramos el testimonio heroico y edificante de una madre y de sus siete hijos, que entregan la vida antes que rendirse a los caprichos del emperador de turno.
Es un relato típico de la literatura popular; tiene además una gran fuerza simbólica. El número siete simboliza perfección y plenitud.
La familia representa la unidad que debe mantener el pueblo. La mujer y sus hijos representan al pueblo de Israel frágil, inocente e indefenso.
El relato deja varias enseñanzas: Hay que morir antes que quebrantar el proyecto de Dios. Dios tiene compasión del que muere por su causa. Los que mueren por la causa de Dios resucitarán a una vida eterna en sus cuerpos mortales.
Para comprender mejor el relato del Evangelio conviene tomar en cuenta que tener muchos hijos en Palestina era considerado una bendición del cielo; morir sin hijos, la mayor de las desgracias.
Para evitar esto último, el libro del Deuteronomio establecía la ley del levirato que buscaba que la viuda sin hijos no quedara desamparada, sino protegida por uno de sus cuñados
Los saduceos que en este texto se acercan a Jesús, eran el partido de los ricos. Lo formaban los sumos sacerdotes, los senadores y los grandes terratenientes de Palestina.
Eran  un partido conservador en lo religioso y en lo político, pues tenían mucho que conservar: El poder, el dinero, los privilegios y honores. Ellos vivían bien, mejor que nadie
No aceptaban la resurrección. Lo importante para ellos era el dinero, y más allá de la tumba, el dinero no tiene valor alguno.
Además, si no había más vida que ésta, eso significaba que contaban con la benevolencia de Dios.
Ellos plantean a Jesús una propuesta capciosa presentando que el cumplimiento de la ley de Moisés impide que sea realidad la resurrección
La respuesta de Jesús sigue dos caminos. Por un lado, no acepta que el estado del hombre resucitado sea una copia del estado presente.
La procreación es necesaria en este mundo, a fin de que vayamos  tomando conciencia, a través de la multiplicación de la raza humana, de las inmensas posibilidades que lleva en su seno
No existiendo la muerte, en el siglo futuro, no será ya necesario asegurar la continuidad de la especie humana mediante la procreación.
La respuesta de Jesús indica que la reproducción humana tiene sentido en esta vida, pero en la otra vida no ya que el género humano no se reproducirá y por ello el planteamiento que le hacen a Jesús es falso.
Jesús declara además que Dios es Dios de vivos porque para Él todos están vivos. Dios no quiere hijos muertos.

Creer en la Resurrección implica para nosotros ponernos a tono  con el Dios de la vida, el Dios de vivos  luchando contra todas las situaciones de muerte.
Creer en la Resurrección de Jesús y en la nuestra, implica para nosotros la decisión de mantenernos unidos a Jesús en la lucha por anunciar y construir el Reinado de Dios
Creer en la Resurrección, recordar a nuestros difuntos implica para nosotros agradecer a Dios y a ellos el haber disfrutado de su vida, de su presencia y de su cariño
Creer en la Resurrección, recordar a nuestros difuntos implica para nosotros guardar su memoria de modo que nos estimule a seguir haciendo el bien como aprendimos de ellos
Creer en la Resurrección, recordar a nuestros difuntos, implica para nosotros evitar en nuestra vida de hoy los errores, descuidos o malos tratos que tuvimos con nuestros difuntos.
Creer en la Resurrección, recordar a nuestros difuntos implica para nosotros luchar para que todos los hermanos que aún están en esta vida tengan una buena calidad de vida.
Noviembre 05 del 2016
Cosme Carlos Ríos


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