Dios
creó al varón y a la mujer iguales en dignidad
El
machismo, que privilegia los derechos del
varón sobre los derechos de la mujer, ha dominado en gran parte de la historia
de la humanidad y perdura hasta nuestros días.
Indebidamente
se considera a la mujer como propiedad del varón, como si no fuera persona,
sino animal o cosa.
Recientemente
se está luchando por una liberación femenina, que de alguna manera exige el
respeto a la dignidad y los derechos de la mujer.
El
relato del Génesis que leemos hoy proviene de una fuente llamada Yahvista; es
una lectura teológica de la historia.
El
relato de hoy constituye una crítica velada a los desmanes del rey Salomón.
Velada porque corría el riesgo de ser reprimido por las iras de Salomón.
500
años después, cuando ya no había el riesgo de represión, el 1 libro de los
Reyes dice: Salomón tuvo 700 mujeres que eran princesas y 300
concubinas. Salomón (1Re 11:3)
El
texto que leemos pone en labios del varón esta expresión: “Esta sí que es
hueso de mis huesos y carne de mi carne! Su nombre será Mujer, porque la han
sacado del Hombre. Por eso el hombre abandona padre y madre, se junta a su
mujer y se hacen una sola carne.
Dos cosas quedan claras: El hombre reconoce a su mujer como
alguien de su misma dignidad (No lo había encontrado en todos los animales)
Varón y mujer están llamados a complementarse: a ser una sola
cosa.
En el Evangelio de forma tendenciosa le plantean una pregunta a
Jesús. La pregunta es tendenciosa porque esperan que Jesús se ponga de su parte
legitimando el supuesto privilegio del varón sobre la mujer.
Jesús los remite a la ley de Moisés que ellos interpretan de una
manera muy laxa. Jesús les responde que el repudio es una tolerancia de la ley
porque son muy duros de corazón pero que al principio no fue así: “Al principio de la creación Dios los hizo
hombre y mujer;" por eso dejará el hombre a su padre y a su madre para
unirse con su esposa, y serán los dos una sola carne. De manera que ya no son
dos, sino uno solo.
Jesús resalta que Dios creó al hombre y a la mujer y que los dos
serán una sola cosa.
Antes que meternos en la casuística del divorcio hemos de
reconocer la igual dignidad entre el varón y la mujer, entre los varones y las
mujeres, lo cual exige respeto de unos para otras.
Para que el matrimonio sea válido es necesario que se construya
sobre la base del amor, que produce el respeto mutuo y que se sigue
construyendo mediante el diálogo y la colaboración.
La unidad que se construye sólo sobre la base de la observancia de
la ley carece de un sólido cimiento y pone en riesgo la estabilidad del
matrimonio.
La preocupación de los casados más que el divorcio tiene que ser
el formar una familia con sólidos cimientos, el fundamental es el profundo amor
y respeto a Dios que es nuestro Padre
Construimos familias con cimiento cuando nos esforzamos por
respetarnos, pues resulta muy difícil reconstruir cuando nos faltamos al
respeto.
Porque respetamos a la pareja, buscamos la forma de tomar
decisiones, juntos y esto requiere el diálogo respetuoso en el que ambos
escuchamos, ambos hablamos y llegamos a ponernos de acuerdo.
Cosme Carlos Ríos
Octubre 03 2015
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