15 de marzo de 2014


Cuaresma: Salir, Subir, Escuchar

 

Por influencias de siglos, hemos encerrado la fé en los templos y en los ministros y no nos atrevemos a salir de nosotros y de nuestras rutinas, para ponernos al servicio del Reino

Hoy, como ayer, todos experimentamos conflictos y desalientos, y con frecuencia, tomamos la decisión de abandonar el grupo y la comunidad, sin dedicarnos a algo más provechoso

Hoy, como ayer, aparecen las grillas entre nosotros y aunque no causen ningún daño real, sí nos desalientan y nos paralizan.  

 

Leemos hoy el relato llamado de la vocación de Abraham

La tradición sobre la promesa hecha a Abraham, tiene  origen en la época en que el pueblo vivía en tribus y clanes. Su función es la de iluminar y dar esperanza al sufrido pueblo del campo.

Se inserta dentro de la tradición Yahvista que se comienza a redactar en la época de Salomón.

Abraham, y con él el pueblo, recibe el mandato de Dios de salir de su tierra, de su parentela y de la casa de su padre para ser instrumento de la bendición de Yahvé para todos los pueblos.

El relato del evangelio de Mateo que leemos hoy, está precedido por el anuncio de la muerte y resurrección de Jesús y por la invitación de este a tomar la cruz.

Los discípulos están pasando por una fuerte crisis; pues cuando empezaron el proceso de seguir a Jesús todo era muy bonito: Jesús curaba a mucha gente y estaba siempre rodeado de la multitud

La compasión por la gente, impulsó a Jesús a valorar más la vida que la Ley, y realizó curaciones en sábado y otras cosas que provocaron la crítica virulenta de los escribas y fariseos.

Estos ataques en público trajeron como consecuencia que la gente se fuera retirando  de Jesús y los discípulos tuvieran miedo y se desalentaran. Jesús y los discípulos tenían necesidad de iluminación sobre su misión y necesitaban fortalecer la esperanza

  • El relato de Mateo, que va siguiendo al de Marcos, habla más por los símbolos que por las palabras:
  • El monte significa lugar de encuentro con Dios
  • Moisés y Elías representan la tradición de fé que Israel recibió por medio de la Ley y los Profetas
  • La nube representa la presencia protectora de Dios
  • La voz es la misma que se escuchó al momento del bautismo de Jesús
    Podemos decir que, en un momento difícil de la misión de Jesús, para buscar la luz y fortaleza de Dios para la misión, él acompañado por los más íntimos, decide retirarse e ir al encuentro con Dios meditando las Sagradas Escrituras,

En el encuentro con el Padre escuchan la voz: “Este es mi Hijo  amado, en quien me he complacido; escúchenle”.

Esta experiencia aclara la identidad de Jesús y fortalece la esperanza de los discípulos para seguirlo en la misión.

 

Como Abraham, tenemos que ser el pueblo de Dios, todos con la misma dignidad, aunque con distintas responsabilidades.

Como Abraham tenemos ser un pueblo servidor llamado a fortalecer la esperanza, más con nuestras acciones que con nuestra palabra.

Como Abraham tenemos que ser un pueblo que sale de sí mismo, de sus intereses, de sus templos, para ir al encuentro de los débiles y marginados.

Como Jesús, en equipo, tenemos que meditar las enseñanzas del Padre, y descubrir la voz que el Padre nos dirige a nosotros, hoy

Marzo 15 del 2014

Cosme Carlos Ríos

 

 

 

 

 

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