29 de marzo de 2014


Con el correr de los tiempos hemos hecho una cantidad tal de leyes, normas y reglamentos que resulta difícil entender como quiere Dios que vivamos.

Insistimos más en nuestras reglitas que en lo profundo que consiste en ver y amar como Jesús y luchar por la vida y la dignidad de la humanidad

 

El juez y profeta Samuel ha conducido a los israelitas durante el sistema tribal, pero ha visto que ese sistema justo e igualitario se está agotando y que él mismo se ha hecho viejo.

Hay necesidad de buscar una persona que conduzca a los israelitas y, enviado por Dios, ha ungido a Saúl, pero se siente defraudado por sus desmanes y busca un nuevo rey.

Al elegir al nuevo rey Samuel se fija en su buena presencia y en  su estatura, pero Dios le dice: Dios no ve las cosas como los   hombres: el hombre se fija en las apariencias pero Dios ve el corazón".

Dios elige y unge al más pequeño de la familia para que conduzca al pueblo de Israel

Los evangelios que leemos en la Cuaresma constituyen una Catequesis bautismal, para renovar en la Pascua, nuestro compromiso bautismal.

Hemos acompañado a Jesús al desierto para descartar los caminos que nos llevan por rumbos equivocados y encontrar los caminos de Dios: La escucha de la Palabra y poner a Dios en el centro de nuestra vida.

Con Jesús y sus discípulos hemos ido a la montaña para meditar la enseñanza de la Ley y los profetas y hemos oído la voz del Padre que nos ordena escuchar a su hijo amado

Junto al pozo nos hemos encontrado con Jesús el migrante, fatigado y sediento que nos ofrece agua viva, que valora y dignifica a la mujer.

Hoy nos encontramos a Jesús cerca de la piscina de Siloé ante un mendigo ciego y por lo mismo marginado.

No se trata de un hecho histórico sino de una catequesis, Por tres veces aparece en el texto: “Lodo en los ojos, lavarse y ver”

Jesús declara que la enfermedad del ciego no tiene que ver con el pecado del ciego ni de sus padres, sino que constituye una oportunidad para que se manifieste la gloria de Dios.

El ciego en un primer momento afirma; “El hombre que se llama Jesús. Más delante afirma que: “Es un profeta”

Como testimonio ante los jefes de los fariseos declara: "Eso es lo extraño: que vosotros no sepáis de dónde es y que me haya abierto a mí los ojos. Sabemos que Dios no escucha a los pecadores; mas, si uno es religioso  y cumple su voluntad, a ése le escucha. Jamás se ha oído decir que alguien haya abierto los ojos de un ciego de nacimiento. Si éste no viniera de Dios, no podría hacer nada."

Al ser interpelado por Jesús el ciego responde: “"Creo, Señor."

El mendigo ciego es ungido con lodo, es purificado por las aguas de la piscina de Siloé y recobra la vista para reconocer al Enviado del Padre

Ahora para el ciego lo importante no es el cumplimiento de la Ley (observancia del sábado), sino el seguimiento de Jesús que nos hace ver, que nos libera y dignifica.

 

Creer y seguir a Jesús como el ciego, significa para nosotros revisar nuestras normas leyes y reglas para ponerlas al servicio de la vida y la dignidad de la persona.

Creer y seguir a Jesús como el ciego, significa para nosotros poner la misericordia como principio de nuestra acción.

Creer y seguir a Jesús como el ciego, significa para nosotros iluminar los ojos, la mente y la conciencia de los hermanos para que nuestra principal preocupación sea que haya vida y vida en abundancia para todos

Marzo 29 2014

Cosme Carlos Ríos

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