7 de diciembre de 2013


Convertirnos hacia la convivencia total

Fruto de la paz con justicia

 

Para muchos de nosotros la Navidad es un tiempo de alegría y convivencia, pero poco reflexionamos en el perfil del personaje que esperamos.

Por falta de una orientación fundamental, nuestras celebraciones se convierten en meras celebraciones sociales, egoístas y elitistas en la que no caben los pobres.

 

El profeta Isaías actúa durante la dominación del imperio asirio, cuando el Reino del Norte (Israel) cae bajo la bota de los ejércitos del poderoso imperio

El fragmento, que leemos hoy viene inmediatamente después de anunciar la derrota de los enemigos de Judá, que estaban a las puertas de la Ciudad Santa.

Es un canto que anuncia al Mesías futuro, y describe sus rasgos fundamentales: Aun cuando en él no aparezca la palabra "mesías", es  claramente  mesiánico.

El Mesías será descendiente de David; estará lleno de espíritu profético; se empeñará en implantar la justicia y la paz entre los hombres y con la naturaleza, y  sobre todo del conocimiento del Señor.

Para fortalecer la esperanza del pueblo, amenazada por los ejércitos asirios, el profeta presenta una visión paradisíaca en la que se dará la convivencia y la armonía perfecta, frutos de la paz con justicia que acompañan al Mesías

 

El salmo que recitamos constituye una súplica en favor del rey, recitada en el día de su entronización o en el aniversario de su ascensión al trono

Más tarde, cuando el pueblo de Israel ya no era gobernado por reyes, la tradición judía vio en este salmo una descripción del futuro rey Mesías

 

Juan el Bautista está en el centro del primer pasaje de la actividad pública de Jesús. En primer lugar se describe su presentación, luego siguen su exhortación a convertirse y el anuncio del Mesías

Juan actúa en el “desierto de Judea.”  En esta región abundan los poblados. Muchos pensaban que del desierto vendría el Mesías

La conversión que Juan predica implica no sólo renuncia al pecado, sino un cambio radical de vida.

Los "fariseos", la secta más rigurosa del judaísmo, predicaban una doctrina muy elevada, eran celosos en el cumplimiento de la ley y estaban apegados a las tradiciones orales, pero eran verdaderos hipócritas.

Los "saduceos" eran materialistas; sólo admitían la ley escrita, y negaban la vida futura. El bautismo "en Espíritu y fuego" designa, en la predicación de Juan, la purificación salvífica y definitiva, que comienza con la actividad de Cristo.

 

La Palabra de hoy nos presenta hoy a un Mesías, poseído por el Espíritu del Señor, un Mesías que traerá la convivencia fraterna entre todos los seres de la creación, el que construye la paz con justicia.

Para participar en el proyecto del Mesías se hace necesaria la conversión, un cambio de actitudes que muevan hacia la convivencia total y a la paz con justicia.

 

Nos estaremos preparando hacia la Navidad con sentido cristiano si tomamos en cuenta que el Mesías,  el Salvador que esperamos, es el hombre poseído por el Espíritu del Señor, que trae la armonía entre todos como fruto de la paz con justicia.

Nos estaremos preparando hacia la Navidad con sentido cristiano si iniciamos un proceso de conversión para construir una convivencia armónica entre todos, como fruto de la paz con justicia.

Nos estaremos preparando hacia la Navidad con sentido cristiano si nuestras celebraciones tanto religiosas, como civiles promueven la convivencia entre todos, pero como fruto de la paz con justicia.

Cosme Carlos Ríos

Diciembre 07/13

 

 

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