En su actuar, Dios utiliza signos
pequeños
En
general los católicos damos mucha importancia a las actividades que realizan
las personas importantes, las actividades que se realizan en centros de
renombre.
Pero
no suele haber un lugar para los pequeños: Los niños, los ancianos, los
indigentes y los que menos tienen.
Da
la impresión que sólo descubrimos la presencia y la acción de Dios en aquello
que brilla.
La
lectura de Isaías que leemos hoy, nos ubica alrededor del año 733 a. C. Asiria está ganando cada vez más terreno; Damasco y Samaría quieren
obligar al rey de Judá a aliarse con ellos para atacar juntos a Asiria.
Contra los consejos de Isaías, Judá (Ajaz) prefiere
pedir ayuda a los asirios. Éstos apoyan al pequeño reino del Sur, pero le
someten a un duro vasallaje.
Isaías, como la gran mayoría de profetas, predica
no sólo de palabra, sino también a través de gestos simbólicos y de signos.
La fe que Isaías exige de Ajaz tiene un contenido
bien concreto: él debe creer en la promesa que el Señor hizo a David.
Ningún poder humano podrá oponerse al
cumplimiento de esta promesa, con tal que
el rey y el pueblo pongan toda su confianza en el Señor.
En este caso, Isaías ofrece a Ajaz un signo que
debía ser garantía de salvación para Judá. El rey rechaza el ofrecimiento,
porque no está dispuesto a cambiar sus planes.
Entonces el profeta le anuncia un signo: Dios no
va a salvar Judá por medio de los poderosos asirios sino por medio de la debilidad de un recién nacido y de una madre joven
El evangelio de San Mateo nos presenta la visión
que tiene José, en la que Dios le revela el cumplimiento pleno de las profecías
hechas a David y más tarde a Ajaz: La salvación del pueblo vendrá por medio de
un pequeño niño, nacido de una madre joven.
Dios nos sigue hablando hoy por medio de señales,
pero las señales de Dios no vienen del poder, de la riqueza, o de la fama sino
que vienen de lo pequeño.
Celebrar la Navidad ha de significar para
nosotros, abrir los oídos, estar atentos a las señales de Dios: Los niños que
claman por el hambre, la falta de salud y el maltrato
Celebrar la Navidad ha de significar para
nosotros, abrir los ojos, estar atentos a las señales de Dios: Los ancianos,
abandonados y enfermos
Celebrar la Navidad ha de significar para
nosotros estar atentos a las señales de Dios: estar atentos abrir las manos, para
apoyar a las instituciones que apoyan a los niños y a los ancianos
Feliz Navidad
Cosme Carlos Ríos
Diciembre 21 2013
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