9 de noviembre de 2013


Creer en la Resurrección es entregar la vida

 

Los cristianos, muchas veces nos desesperamos ante el sufrimiento y ante la muerte. Se pone a prueba nuestra esperanza en una vida plena.

Muchos cristianos vivimos como si la única preocupación fuera disfrutar de la riqueza, el placer, el poder o la fama.

Pocos cristianos tienen clara que la manera de vivir la fe consiste en entregar la propia vida al servicio de la obra de Jesús: El reinado de Dios.

 

Los hechos a que se refiere el 2 libro de los Macabeo sucedieron en los años entre el 170 a. C cuando se desata la persecución de Antíoco IV Epífanes y el 160 a. C hasta la victoria de Judas Macabeo.

Antíoco IV Epífanes, con apoyo de algunos importantes judíos, comienza a imponer la cultura helenista, lo que provoca una fuerte resistencia del pueblo judío.

Antíoco reacciona con una fuerte persecución en contra de los judíos fieles a su fé y a sus tradiciones, exigiendo la adoración de los ídolos y actuando contra los símbolos y prácticas de la comunidad judía.

Algunos judíos ejemplares como Eleazar y la madre y los siete hijos de que nos habla la lectura de hoy son capaces de entregar su vida en fidelidad a su fé y a sus tradiciones religiosas.

La esperanza  en una vida plena al lado de Dios fortalece y sostiene la fidelidad y resistencia de estas personas.

En capítulos anteriores (Lc 9, 51) hemos leído que cuando se acercaba el tiempo de su elevación al cielo Jesús tomó la firme determinación de encaminarse a Jerusalén.

Ahora, Jesús ha llegado a la ciudad y después de expulsar a los mercaderes del templo enfrenta las invectivas del  grupo saduceo

Estos eran miembros de un grupo del judaísmo. Eran muy conservadores, no creían en loa ángeles ni en los demonios, ni en la resurrección de los muertos. Estaban ligados al poder y no se mezclaban con el pueblo sencillo.

 Ellos utilizan la ley del levirato, (Deuteronomio 25) pero distorsionan su sentido, ya que el sentido de la ley es que la mujer viuda no quede desamparada y no el que ella tenga un nuevo dueño.

Jesús responde presentando a Dios, como Dios de vivos y la  resurrección como la plenitud de la vida.

La plenitud de la vida se da cuando vivimos en perfecta armonía con todo y con todos.

 

Creer en la resurrección, hoy significa para nosotros encontrar el sentido de la adversidad y el dolor y vivirlos de modo que nos conduzcan a la vida plena.

Creer en la resurrección, hoy significa para nosotros entregar nuestra vida, como la de Jesús, para que los hermanos más débiles y desprotegidos tengan vida y vida en abundancia. .

Creer en la resurrección, hoy significa para nosotros utilizar nuestros bienes, nuestra preparación y nuestras habilidades en una forma fraterna y solidaria.

Cosme Carlos Ríos

Noviembre o9 2013

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