6 de abril de 2013


El Espíritu de Jesús nos ilumina y fortalece para la misión

La violencia y la inseguridad pública han influído en que los ciudadanos nos llenemos de miedo, perdamos la confianza en las demás personas y nos mantengamos aislados y encerrados.

La influencia del sistema neoliberal ha influído en los creyentes de modo que también en el terreno de la fé vivamos de forma individual, dejando de lado su dimensión comunitaria y misionera.

Nos domina la apatía y el conformismo y no nos atrevemos a buscar nuevas formas de organización para realizar la misión, También en este campo tenemos miedo y nos encerramos.

 

Al hablarnos de la naciente Iglesia, el libro de los Hechos, nos muestra que una de las señales de los creyentes era que “solían reunirse” y que los pastores “realizaban muchos signos y prodigios”

El autor del libro del Apocalipsis nos presenta una visión de Jesús resucitado; Él es el que tiene en sus manos a los animadores de las Iglesias y está presente en medio de su Iglesia.

Jesús, el sacerdote y rey (así lo muestra su vestido) se dirige al vidente y a nosotros y nos dice: “No temas”

Viendo a sus comunidades perseguidas, encerradas y llenas de miedo, el evangelista al que llamamos Juan, les hace ver que en sus reuniones clandestinas se hace presente Jesús Resucitado.

Jesús saluda a los reunidos, deseándoles la abundancia de los dones de Dios, se identifica ante ellos, haciéndoles ver que él sigue siendo crucificado en los que dan su vida por el Reino.

Jesús les confía la misión que él recibió del Padre y para que tengan la luz y la fuerza para realizarla, para que venzan el miedo y el encerramiento les concede el don del Espíritu Santo.

Jesús resucitado se hace presente donde las personas nos reunimos en nombre de Jesús y cuando seguimos realizando los nuevos signos del Reino: el amor, la justicia, la paz, la solidaridad

 

Tenemos que vencer el miedo, tenemos que vencer el encerramiento, tenemos que continuar la misión de construir con Jesús y a la manera de Jesús el Reinado del Padre. El Espíritu de Jesús nos ilumina y fortalece.

Como ciudadanos tenemos que perder el miedo y recuperar la confianza en los demás para cambiar nuestro ambiente tanto el más cercano como el más lejano (Salud, ecología, derechos humanos …) El Espíritu de Jesús nos ilumina y fortalece.

Tenemos que vencer la apatía y el conformismo, tenemos que buscar nuevas formas de organización para continuar la misión de Jesús. El Espíritu de Jesús nos ilumina y fortalece.

Tenemos que aprender a valorar a los demás, volver a salir a los porches y a las placitas de la comunidad para ir al encuentro de los demás y con ellos construir fraternidad. El Espíritu de Jesús nos ilumina y fortalece.

Comentarios, sugerencias, críticas, propuestas.

CCR  

 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario