20 de abril de 2013


El Buen pastor tiene olor a oveja

La gente común ve a los sacerdotes,  como funcionarios que atendemos una serie de asuntos de carácter ético y religioso. Esta es la imagen que estamos dando al pueblo de Dios.

Se nos encuentra, por lo general, en la oficina o en la sacristía, pocas veces en la vida y en los problemas de la gente.

Los cristianos en general toleran pasivamente esta situación y, aunque les molesta, pocas veces levantan la voz.  

 

Jesús, el Buen pastor, resucitado está presente en la comunidad cristiana de Antioquía de Siria y pide a la comunidad que envíen a Saulo y A Bernabé para llevar la Buena noticia más allá de las fronteras.

Pablo y Bernabé se hacen presentes en Antioquía de Pisidia en la sinagoga de los judíos y utilizando la Escritura proclaman que: Es un hecho que los habitantes de Jerusalén y sus jefes no reconocieron a Jesús de Nazaret, sino que lo procesaron..

Aunque no encontraron en él ningún motivo para condenarlo a muerte, pidieron a Pilato que fuera ejecutado….  Pero Dios lo resucitó de entre los muertos.

La denuncia profética de los pastores Pablo y Bernabé, en nombre de Jesús resucitado, en contra de los habitantes de Jerusalén y de sus jefes, provocó la ira de los asistentes a la sinagoga, que aliándose con mujeres devotas de la alta sociedad, desataron una furiosa persecución contra Pablo y Bernabé.

 

El autor del Apocalipsis muestra a los cristianos perseguidos, la hermosa visión de Jesús, el cordero muerto y resucitado al que una inmensa multitud de personas lo aclaman.

Aquella multitud son todos aquellos que se han mantenido fieles a Jesús, el cordero. y han derramado su sangre unida a la de Jesús, por la causa del Buen Pastor: El reinado de Dios.

 

A partir del año 80 en que se reorganizó la religión judía hubo una fuerte persecución hacia los seguidores de Jesús, especialmente de parte de los pastores Judíos: los escribas.

El capítulo 10 de San Juan presenta una confrontación entre los pastores de Israel y Jesús el buen pastor.

Jesús es el pastor cuya voz escuchan las ovejas, es aquel que conoce las ovejas y a quien siguen las ovejas. Ellas nunca perecerán y nadie las arrebatará jamás de la mano de Jesús. Jesús y el Padre son uno sólo.

La palabra proclamada nos presenta una nueva manera de ser pastores  y una nueva manera de ser ovejas de Jesús

 

Ser buenos pastores como Pablo y Bernabé significa, para nosotros los pastores, aceptar la invitación a salir del camino conocido, para andar por el camino, muchas veces conflictivo por donde transitan los fieles: ser más misioneros.

Ser ovejas como las del Apocalipsis significa mantenernos limpios de lo que es contrario a Jesús, seguirlo a donde quiera que él va, y estar dispuestos a dar la vida por su causa.

 Ser pastores como Jesús significa acercarnos a las personas  que nos han sido encomendadas, conocerlas, conocer los caminos por donde transitan, las dificultades que encuentran,  escucharlas y atenderlas.

Ser ovejas de Jesús significa escuchar su voz, en la Escritura y en la vida y seguir el camino de Jesús en el hoy de cada uno.

Sigamos a Jesús el buen pastor, pero que se vea que tenemos olor a oveja, porque convivimos con ellas

 

 

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