La señora de la esquina de mi colonia me decía el año pasado: El sueldo de mi esposo nos alcanza tan sólo para comprar un kilo de tortillas y de huevo. La ventaja que le lleva al candidato del PRI a la Presidencia Enrique Peña Nieto es que ella sí sabe el precio de la tortilla, nada más que este año le será más difícil completar con los gastos de la casa por todos los aumentos de este 2012. Se nos dice que el sueldo anual de nuestro presidente es de 140 salarios mínimos mayor que el de muchos otros presidentes, además tan solo en México el presidente Calderón después de su periodo seguirá percibiendo de por vida los 140 sueldos mínimos. Con este antecedente es difícil que se tenga sensibilidad para pensar en las necesidades que se tienen en nuestros hogares. El ex-alcalde de Bogotá Colombia después de una encuesta hecha en nuestra ciudad de Monterrey concluyó que el 90% de la población no tiene ningún interés por participar en mítines o movimientos populares que ayudan a tomar conciencia de participación del ciudadano en el bien común. Un buen ejemplo de interés por la ciudad es el de la Señora María Carmen Cuevas Ramírez de la colonia Independencia quien rechazó una pantalla LCD de 32 pulgadas después de haber hecho fila desde las 2.30 de la mañana para pagar el impuesto predial en el municipio de Monterrey pidiendo en cambio que pusieran las luces en los puentes de Cuauhtémoc y Pino Suárez. Si por lo menos una vez durante su período se dieran la vuelta por las colonias más pobres nuestras autoridades podrían darse cuenta de los problemas económicos que tienen nuestras familias. El pensamiento que viene a nuestra mente es: ¿cómo asegurar la comida para los más desprotejidos? y ¿cómo asegurar la participación en nuestras comunidades?
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