3 de septiembre de 2016

Conocer y seguir a Jesús en el Evangelio



Con el correr del tiempo hemos reducido la vida cristiana a una serie de prácticas que implican una vida recta, pero con poco compromiso en la construcción del Reino de Dios
Recibimos los Sacramentos de iniciación cristiana, algunos tardíamente y muy pocos participan en grupos de Iglesia o en actividades a favor de una sociedad mejor
En varias partes el mes de Septiembre es llamado “Mes de la Biblia” en memoria de San Jerónimo que fue, el que por encargo del Papa San Dámaso, tradujo la Biblia del Hebreo y el Griego al Latín.

Jesús comenzó su ministerio con el anuncio de la cercanía del Reino de Dios, invitando a la conversión y llamando a algunas personas para que lo siguieran.
Expresa y directamente Jesús nunca explicó en que consiste el Reino de Dios: lo explica en parábolas y su actuación y sus palabras nos permiten intuir lo que anunciaba.
Rompiendo el modelo existente y de una manera totalmente nueva Jesús llama a Dios su Padre y muestra hacia él una profunda cercanía.
De igual forma Jesús actúa de manera preferencial a favor de los pobres y oprimidos transformando su situación. Se esfuerza por humanizar a las personas y a las estructuras.
Si es así, Jesús tiene el propósito de que Dios sea reconocido como Padre, todos los seres humanos como sus hijos y hermanos los unos de los otros.
Para realizar su misión, Jesús dio preferencia al proyecto del Padre y por ello dedicó totalmente sus últimos años al anuncio y la construcción del Reino, separándose de su familia biológica.
Jesús realiza su misión con suprema austeridad de modo que puede exclamar: Las aves del cielo tienen nidos, las raposas tienen madrigueras, pero el hijo del hombre no tiene donde reclinar su cabeza.
Al proclamar el reinado de Dios, Jesús denuncia a los que explotan, oprimen y abusan del pueblo y por ello aceptó el rechazo, la crítica y la condena a muerte en la cruz.
Por ello Jesús invita a sus seguidores a que amen más el proyecto del Reino (que amen más al Padre) que a su propia familia. Así comienzan los 10 mandamientos.
Ningún discípulo de Jesús debería tener más de lo necesario mientras sus hermanos pasan necesidad, por eso Jesús invita a ser desprendidos de los bienes materiales.
El que con Jesús quiera luchar por un mundo de amor, de justicia, de paz y de verdad tiene que estar dispuesto a afrontar las contradicciones, críticas y persecuciones.

Necesitamos superar las falsas imágenes de Jesús que nos lo suelen presentar como un hombre espiritualizado, de muy bonitos discursos, pero que no insisten en actividad en defensa de la vida y en su denuncia de las estructuras injustas
Necesitamos recuperar el rostro humano de Jesús en el que el Padre nos muestra su rostro misericordioso.
Necesitamos volver a la lectura y contemplación de Jesús y de su proyecto, poniendo en nuestras manos y en nuestro corazón el Evangelio de Jesús,
Aprovechemos el mes de la Biblia
Cosme Carlos Ríos
Septiembre 03 del 2016  



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