El patriarcado, del
que todavía quedan restos entre nosotros, reduce el papel de la mujer a las
actividades domésticas.
En la Iglesia las
mujeres desempeñan el mayor número de actividades, pero poco participan en la
planeación de las mismas y en la toma de decisiones importantes
La primera lectura
que hacemos hoy nos habla de Abraham; está tomada del libro del Génesis y
relata el ciclo de Abraham.,
Presenta a Abraham
como un nómada que tiene su campamento en el encinar de Mambré, al sur de lo
que hoy es la ciudad de Jerusalén.
La arboleda de
encinos con sus grandes sombras es lugar agradable para establecer un
campamento y los campamentos se suelen levantar cerca de las corrientes de
agua.
Abraham tiene rebaños,
pero no tiene una tierra propia ni un descendiente que continúe sus obras.
A la hora del calor
más fuerte, Abraham ve a unos hombres de pie delante de él, sale a su encuentro
afectuosamente y les suplica que acepten el hospedaje
Ordena que traigan agua
para que se refresquen los pies y descansen a la sombra de los árboles y les
ofrece pan. Hace matar para ellos un ternero y acompaña la comida con requesón
y leche.
Ellos preguntan por
Sara la mujer de Abraham y prometen que al volver el próximo año, Sara habrá
tenido un hijo.
Abraham escucha de
pie y ofrece lo que tiene: el producto de su trabajo, sus rebaños y lo que
ellos producen, por su parte, los huéspedes en nombre de Dios pronuncian la tan
ansiada promesa: Sara tendrá un hijo.
El relato del
Evangelio se sitúa dentro del viaje de Jesús a Jerusalén, viaje en el que va
formando a sus discípulos, va explicando el modo y las condiciones para ser
discípulo. De modo que este Evangelio tiene que ser leído en clave de
discipulado.
Como caminante, Jesús
necesita hospedaje y Lucas nos refiere que una mujer llamada Marta lo recibió
en su casa.
Creo que las hermanas
Marta y María de las que habla el evangelio de Lucas son distintas a las
hermanas Marta y María que aparecen en el Evangelio de Juan. Podemos hacer un ejercicio
de comparar sus personalidades.
Jesús, el hombre
servidor ha predicado y practicado el servicio a los hermanos, de modo que el
problema en el Evangelio de hoy no es sobre la actitud servicial de Marta.
Creo que el problema
está en que María, va rompiendo moldes haciéndose discípulo siendo mujer,
mientras que Marta aún se queda en las
tareas del hogar y se escandaliza de la actitud discipular de su hermana.
Jesús, en cierto modo,
ha sido un maestro escandaloso que admite mujeres en su grupo; en esta ocasión
Lucas nos dice que María se sentó a los pies de Jesús y se puso a escuchar su
enseñanza (como lo hacen los discípulos varones).
Practicar la
hospitalidad como Abraham implica para nosotros recibir con amabilidad a las
personas que pasan por nuestro hogar y compartir con ellos nuestros bienes para
atender sus necesidades.
Practicar la
hospitalidad como Marta implica para nosotros poner toda nuestra solicitud en
preparar y disponer lo necesario para una digna atención a nuestros huéspedes.
Practicar la
hospitalidad como María implica para nosotros tener claros nuestros valores, de
modo que podamos romper modelos estereotipados para escuchar y atender a
nuestros huéspedes.
Cosme Carlos Ríos
Julio 16 del 2016
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