Mirar a fondo, a
lo profundo del corazón, como Jesús
En nuestras actividades pastorales, sobre todo en el
aspecto económico, solemos recurrir al aporte de las personas que cuentan con
más recursos, y poco valoramos el aporte de los más pequeños.
A diario vemos pasar a nuestro lado a muchos
migrantes, la mayoría de ellos va en busca de una mejor situación económica que
no encuentran en sus país, pero también hay algunos que van huyendo de la
represión, que gobiernos injustos ejercen sobre los luchadores sociales
El profeta Elías fue un personaje importante en la
historia de Israel. De él, no tenemos ningún escrito, pero sus memorias fueron
recogidas en los últimos capítulos del primer libro de los Reyes.
Nos presentan a Elías como un luchador que defiende la
fé en Yahvé, el dios de, Éxodo, el dios de la liberación, en contra de la
idolatría impulsada por el rey Acab; pero nos presentan también a Elías, como un
luchador social que defiende los derechos de los campesinos.
Para los israelitas, asumir la religión de Baal,
practicar la idolatría, significaba asumir
también la forma de gobierno los pueblos que lo consideraban su Dios. Por eso
el rey Acab aparece como el rey que oprimió al campesinado representado por
Nabot.
Elías se opuso enérgicamente contra la práctica de Acab
y su esposa Jezabel; por eso fue rabiosamente perseguido y amenazado de muerte,
y se vió obligado a migrar, hasta llegar a Sarepta.
Ahí, una viuda que está por consumir lo último que le
queda, alimenta al profeta migrante, perseguido
y hambriento, apoyando con ello la lucha por la fidelidad a Yahvé y en contra
de la monarquía opresora de los campesinos.
Uno de los rasgos más característicos de Jesús de
Nazaret es el ser un observador de la vida, de la naturaleza, de las actitudes
y acciones de las personas y de ello deduce lecciones para sus discípulos de
ayer y de hoy.
Jesús mira a los profundo: ha observado que la gente,
incluídos sus discípulos, se queda maravillada ante la grandiosidad del templo
de Jerusalén, y él advierte: “No quedará piedra sobre piedra de todo esto que
están admirando”.
Ha observado profundamente y descubre que los maestros
de la Ley son muy ostentosos y que, con el pretexto de largas oraciones, asolan
las casas de las viudas.
Hoy lo encontramos en el templo, observando a fondo,
descubre que los ricos depositan grandes
cantidades en el cepillo de las ofrendas, pero que dan de lo que les sobra.
Jesús también observa a una pobre viuda que deposita dos
monedas de ínfimo valor, y mirando a fondo descubre que ella ha depositado todo
lo que tenía para comer.
Valorar como Jesús hoy, implica para nosotros, desde
nuestra difícil situación económica, apoyar a los migrantes, y ser capaces de
ver en ellos a personas de fé y de lucha por una vida digna.
Mirar como Jesús hoy, implica para nosotros incluír en nuestras actividades
pastorales no sólo a la gente preparada,
sino también a los niños, a los ancianos y de modo particular a los más pobres.
Educar como Jesús hoy, implica para nosotros estar
atentos a la vida, sobre todo la vida de los más insignificantes, mirar a
profundidad para descubrir ahí a Dios y ayudar a otros a mirar de esa manera
Noviembre 08 15
Cosme Carlos Ríos
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