El verdadero
pastor siente compasión e integra
Entre
nosotros la tarea pastoral consiste en hacer las actividades acostumbradas y
pocas veces se piensa en dar una respuesta a las necesidades de los hermanos
desde la compasión de Jesús.
Es muy común
que los grupos y comunidades den una respuesta pastoral independiente de la
respuesta de otros grupos y comunidades
En el Primer
Testamento los guías políticos y religiosos son presentados con frecuencia como
pastores y el pueblo como el rebaño.
La figura
del jefe como pastor cobró vigencia a partir de David, el pastor convertido en
rey. El rebaño no es propiedad de los pastores sino del Señor, ante el cual
ellos son sus representantes, por eso él mismo les tomará cuentas.
El oficio de
los jefes se ha pervertido y esto ha permitido la dispersión y el extravío del
rebaño. El rey Joaquín con su política desatinada provocó la intervención de
Babilonia y el destierro consiguiente.
Jeremías es
consciente de que el desorden, la situación de injusticia y el desplazamiento
que tiene que soportar y sufrir el pueblo, se debe a los mandatarios que no han
sabido gobernar en función del bien público sino en función de sus intereses
personales y de clase.
Por eso han
fracasado como gobernantes y es necesario entonces que Dios suscite nuevos
pastores, atentos a las necesidades del pueblo y esforzados por integrar y
organizar al pueblo.
El texto de
Marcos que leemos hoy dice que a Jesús le dio lástima de la multitud porque andaban como ovejas sin pastor. Los
discípulos han llegado de su labor apostólica a contarle a Jesús todo lo que
les había pasado,
Jesús
entonces los invita a descansar en un lugar apartado pero cuando llegan no
pudieron descansar porque una gran multitud ya estaba en el lugar esperándolos.
Jesús
comprendió que más urgente que comer y descansar era atender a la multitud.
Muchos se
encuentran marginados del templo, han sido desplazados de allí por no cumplir
con las normas rituales de purificación, cuando oyen hablar a Jesús se sienten
identificados con su enseñanza y con su práctica, descubren que no están tan
lejos de los caminos de Dios, encuentran en él al pastor que en vez de
dispersar, congrega y reúne.
Por eso,
mientras los guías políticos y religiosos encuentran tiempo suficiente para descansar
y comer, Jesús y los suyos tienen que inventar tiempo para satisfacer estas
necesidades vitales.
Marcos
reconoce que Jesús, movido por la compasión de ver a la multitud que andaba
como oveja sin pastor, se pone a enseñarles.
Es la causa
del Reino la que le consume su tiempo y su vida. Para esto ha venido, su pasión
y su locura es el Reino.
Sólo quien
ha andado en la vida motivado por una Causa entiende estas actitudes de Jesús,
y no siente hambre ni fatiga por andar haciendo lo que le gusta y motiva.
Seguir a
Jesús el pastor hoy, nos compromete como personas grupos o comunidades a sentir la compasión hacia los hermanos,
acercarnos y entender y atender sus miserias, penas y dolores como nos enseño
la Guadalupana.
Seguir a
Jesús el pastor hoy, nos compromete a dialogar con los demás grupos y
comunidades y a unir nuestros esfuerzos para que se erradiquen de nuestra sociedad las causas
que producen el dolor y el clamor de los más débiles y necesitados.
Seguir a
Jesús el pastor en este momento nos compromete a escuchar con compasión el
clamor de la tierra: aguas, tierra, aire, plantas, animales y humanos.
Seguir a
Jesús pastor hoy nos compromete al diálogo respetuoso y colaboración con otros
para construir una ecología integral en el respeto y protección de toda la
naturaleza.
Tenemos que
empezar desde lo más cercano, nuestros hogares, la limpieza de nuestras calles
el cuidado y buen uso de nuestras plazas.
Organizar en
cada una de nuestras calles acciones recreativas que, integrando a los
pequeños, nos ayuden a los adultos a construir ahí una comunidad que respeta
dialoga y protege la creación.
Cosme Carlos
Ríos
Julio 18 del
2015
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