31 de marzo de 2012

Domingo de Ramos Un estilo diferente de ser Rey

En un clima de violencia y de inseguridad pública celebramos hoy el Domingo de Ramos y aclamamos a Jesús como Rey.

De ordinario celebramos a Jesús como a cualquier jefe de Estado que se pone por encima de los demás, que actúa en forma autoritaria, que está muy lejos del pueblo, que gobierna en beneficio de sus allegados, y que no tiene planes a favor del pueblo.
Esta manera de gobernar genera una sociedad desigualitaria que propicia un ambiente de violencia e inseguridad pública.


Nos preocupamos mucho por el culto al Rey, pero poco vivimos y hacer realidad en nuestra vida personal y social, los valores de su Reinado: El amor, la justicia, la paz, la verdad
En este momento de violencia y de inseguridad pública es contrario a la celebración de hoy, el proclamar a Jesús como Rey, sin una decidida opción por la paz con justicia

Hoy, Domingo de Ramos, nos encontramos con Jesús que es reconocido como Rey por el pueblo y condenado a morir en la cruz por los jefes de los escribas y los jefes de los sacerdotes.

Acompañan a Jesús los galileos, que han escuchado la Buena Noticia del Reinado de Dios. Son los pobres que han visto en Jesús al Dios con nosotros, que alimenta, sana y libra de la marginación, al que devuelve la dignidad y da la esperanza de un mundo nuevo. Ellos reconocen a Jesús y lo proclaman bendito porque viene en el nombre del Señor. Lo hacen de forma espontánea tendiendo sus mantos y cortando hojas de los árboles de la orilla del camino. Jesús, a diferencia de los grandes de este mundo, monta en un burro, que es el animal que sirve al pueblo para sus actividades diarias.


Por otra parte, los jefes de los sacerdotes, los escribas y los ancianos, en complicidad con Judas, han decidido dar muerte a Jesús por ser un hombre incómodo
• Porque no respetaba el sábado (Mc 2,27)
• Porque no observaba las normas de pureza (Mc 7,1-23)
• Porque modificaba la ley de Moisés (Mt 5,20-48)
• Porque se rodeaba de gente excomulgada (Mc 2,13-14
• Porque comía con personas de mala fama (Mc 2,15-17)
• Porque tocaba a los leprosos y a los muertos (Mc 1,41; 5,41).
Y varias veces las autoridades , a pesar de haber hecho varios intentos de apresarlo y darle muerte, no pudieron hacerlo por temor a la reacción de la gente.
Sin embargo en cierto momento Jesús hizo algo que colmó la paciencia de los gobernantes, y les brindó la oportunidad para acabar con su vida: La expulsión de los vendedores del Templo de Jerusalén por parte de Jesús.


Los jefes de los sacerdotes, los jefes de los escribas y los ancianos hicieron alianza entre ellos y con Judas para llevar a Jesús a la muerte en la cruz.

Con el pueblo y como el pueblo, reconocemos a Jesús como nuestro Rey, pero después de aclamarlo en el culto, nos comprometemos con nuestro Rey a vivir los valores de su Reinado y a luchar por la paz con justicia, mediante la denuncia profética de la injusticia, y la propuesta de soluciones para construir la paz desde lo pequeño.
Esta celebración nos exige una lucha contra el poder económico, político e incluso religioso cuando son generadores de injusticia y desigualdad, porque ese poder sigue crucificando a Jesús en las víctimas de la injusticia y la desigualdad

Frente a la represión que suele acompañar a los defensores de los Derechos humanos a los que luchan por la paz, con Jesús y como Jesús, busquemos en el compromiso (alianza) con el Padre y con la comunidad, la fuerza para continuar la causa de la paz con justicia.

Qué caminos proponemos? ¿Con qué personas o grupos vamos a hacer alianza para construir la paz con justicia que es la ley de nuestro Rey?
¿Dónde y con quién nos reuniremos para hacer una oración que fortalezca nuestra esperanza? Hagamos propuestas
Abril 01 2012
CCR

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