12 de abril de 2014


Hacer que nuestros signos sean significantes

 

En muchas partes del mundo se celebra el Domingo de Ramos con gran pompa y solemnidad. El esplendor de los actos semeja el estilo de cortes europeas de siglos anteriores

Se presenta a Jesús a la manera de los poderosos reyes de este mundo: Se insiste mucho en el culto a Jesús pero poco o nada en su seguimiento

 

La lectura de Isaías que escuchamos hoy se aplica de manera plena a Jesús, pero inmediata y directamente se refiere a una persona o grupo que vivió durante el exilio en Babilonia, a quien se suele denominar “El siervo de Yahvé”.

Este personaje fue alguien que ayudó fuertemente al pueblo para salir de Babilonia y regresar a su tierra.

La lectura lo presenta como alguien que tiene su boca abierta para confortar al abatido con palabras de aliento.  Es alguien que tiene su oído abierto como discípulo para escuchar el proyecto de Yahvé, que lo acepta sin oponer resistencia ni echarse para atrás.

Es alguien que por fidelidad a la misión es maltratado en la mejilla y en la barba, es alguien que recibe insultos y salivazos, pero que, confiando incondicionalmente en Dios, endurece su rostro como roca.

La carta los filipenses es considerada estrictamente de Pablo, y el pasaje de hoy, nos invita a tener los sentimientos de Jesús que se humilló hasta la muerte de cruz y se hizo servidor.

El Evangelio de la procesión, tomado de Mateo, nos habla de que Jesús envió a sus discípulos a conseguirle un burrito que utilizó para entrar montado en él, al a ciudad de Jerusalén.

Los que acompañan a Jesús,  testigos de sus obras y de su enseñanza, extienden sus mantos en el camino y cortan ramos de árboles

Ellos aclaman  a Jesús que monta el burro como “El hijo de David” como “El que viene en nombre del Señor.

En el Evangelio de la Pasión encontramos al grupo de los enemigos de Jesús, que llega al Huerto, mientras hace oración.

Jesús es aprehendido por una chusma numerosa, enviada por los sumos sacerdotes y los ancianos del pueblo y encabezada por el apóstol traidor

Jesús es el profeta que ha puesto su vida al servicio de los marginados por el sistema económico, político y religioso, Jesús es el profeta que denuncia los abusos que comete el poder económico, político y religioso.

Jesús tiene amigos y enemigos. Amigos todos los excluídos, con su vida amenazada, que se sintieron acogidos y protegidos por él.

Enemigos, los que abusando de su poder, y en nombre de Dios maltratan, excluyen y a los pequeños de todo tipo.

Jesús, nuestro Rey, termina crucificado en medio de dos ladrones y desde ahí ejerce su reinado. Es el que entrega la vida

 

Con nuestros ramos aclamamos a Jesús como nuestro rey en el culto, pero sólo lo reconoceremos como rey, si nos hacemos sus seguidores y continuadores de su lucha en defensa de la vida, contra toda opresión, exclusión o marginación.

Tenemos que hacer que nuestras palmas y ramos nos impulsen a luchar para que no haya excluídos ni marginados,

Celebrar con la vida el Domingo de Ramos nos exige hoy denunciar a todos los que hoy maltratan, marginan y excluyen a los pequeños

Felices pascuas

Abril 12 del 2014

Cosme Carlos Ríos

 

 

 

 

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