Hacer que nuestros signos sean significantes
En muchas
partes del mundo se celebra el Domingo de Ramos con gran pompa y solemnidad. El
esplendor de los actos semeja el estilo de cortes europeas de siglos anteriores
Se presenta a
Jesús a la manera de los poderosos reyes de este mundo: Se insiste mucho en el
culto a Jesús pero poco o nada en su seguimiento
La lectura de
Isaías que escuchamos hoy se aplica de manera plena a Jesús, pero inmediata y
directamente se refiere a una persona o grupo que vivió durante el exilio en
Babilonia, a quien se suele denominar “El siervo de Yahvé”.
Este personaje
fue alguien que ayudó fuertemente al pueblo para salir de Babilonia y regresar
a su tierra.
La lectura lo
presenta como alguien que tiene su boca abierta para confortar al abatido con
palabras de aliento. Es alguien que
tiene su oído abierto como discípulo para escuchar el proyecto de Yahvé, que lo
acepta sin oponer resistencia ni echarse para atrás.
Es alguien que
por fidelidad a la misión es maltratado en la mejilla y en la barba, es alguien
que recibe insultos y salivazos, pero que, confiando incondicionalmente en Dios,
endurece su rostro como roca.
La carta los
filipenses es considerada estrictamente de Pablo, y el pasaje de hoy, nos
invita a tener los sentimientos de Jesús que se humilló hasta la muerte de cruz
y se hizo servidor.
El Evangelio
de la procesión, tomado de Mateo, nos habla de que Jesús envió a sus discípulos
a conseguirle un burrito que utilizó para entrar montado en él, al a ciudad de
Jerusalén.
Los que acompañan
a Jesús, testigos de sus obras y de su
enseñanza, extienden sus mantos en el camino y cortan ramos de árboles
Ellos aclaman a Jesús que monta el burro como “El hijo de
David” como “El que viene en nombre del Señor.
En el
Evangelio de la Pasión encontramos al grupo de los enemigos de Jesús, que llega
al Huerto, mientras hace oración.
Jesús es
aprehendido por una chusma numerosa, enviada por los sumos sacerdotes y los ancianos
del pueblo y encabezada por el apóstol traidor
Jesús es el
profeta que ha puesto su vida al servicio de los marginados por el sistema
económico, político y religioso, Jesús es el profeta que denuncia los abusos
que comete el poder económico, político y religioso.
Jesús tiene
amigos y enemigos. Amigos todos los excluídos, con su vida amenazada, que se
sintieron acogidos y protegidos por él.
Enemigos, los
que abusando de su poder, y en nombre de Dios maltratan, excluyen y a los
pequeños de todo tipo.
Jesús, nuestro
Rey, termina crucificado en medio de dos ladrones y desde ahí ejerce su reinado.
Es el que entrega la vida
Con nuestros
ramos aclamamos a Jesús como nuestro rey en el culto, pero sólo lo
reconoceremos como rey, si nos hacemos sus seguidores y continuadores de su
lucha en defensa de la vida, contra toda opresión, exclusión o marginación.
Tenemos que
hacer que nuestras palmas y ramos nos impulsen a luchar para que no haya
excluídos ni marginados,
Celebrar con
la vida el Domingo de Ramos nos exige hoy denunciar a todos los que hoy maltratan,
marginan y excluyen a los pequeños
Felices
pascuas
Abril 12 del
2014
Cosme Carlos
Ríos
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