Los migrantes, en particular los centroamericanos que pasan por nuestro país son víctimas frecuentes de las policías corruptas, de los maleantes comunes y del crimen organizado.
Las casas del migrante ofrecen abrigo y alimento a estas personas y como consecuencia son también víctimas de estas agresiones
Mucha gente habla mal de las casas del migrante y consideran que es un apoyo a extranjeros de dudosa moralidad y de este modo se abstienen de colaborar en la obra de la solidaridad con ellos.
El trabajo en las minas, sobre todo en las minas de carbón, es un trabajo de mucho riesgo que ha costado varias en la región carbonífera muy próxima a la nuestra
Los que reclaman justicia en nombre de Dios, para los que perecieron en estas minas, reciben poco apoyo, poca respuesta y se les considera agitadores.
El compromiso con la justicia y la solidaridad, como valores del Reino de Dios exige una fuerte lucha y una fuerte mística.
Las murmuraciones en la biblia significan resistencia, oposición u abandono del compromiso con el proyecto de Dios.
Así lo manifiesta el pueblo en el desierto cuando, al sentir la dureza del camino y del compromiso con Yahvé, le reclaman a Moisés que estaban mejor en Egipto donde eran esclavos.
Por medio de Moisés, Dios les da el maná que va reforzando el compromiso con el proyecto de Yahvé: la lucha por una tierra de justicia y libertad.
El profeta Elías, después de luchar en defensa de los campesinos es perseguido por la Reina Jezabel y se interna en el desierto de camino hacia el monte de Dios.
El hambre y el cansancio le provocan el desaliento, pero por medio de su mensajero, Dios da a Elías pan y agua y de esta forma recupera la mística, su compromiso de seguir luchando por la defensa de los campesinos.
En el evangelio, los judíos, como hicieron sus padres, protestan contra el proyecto de Dios que aparece en las palabras de Jesús, y niegan, rechazan a Jesús que se ofrece como pan de vida.
El pretexto porque es el hijo de José
Para el proyecto del Reino, el Padre ofrece otro pan, ahora a todos los hombres, que garantiza una vida de una calidad nueva, una vida plena, una vida de fraternidad, de igualdad, de justicia y libertad.
Para conseguir esa vida hay que comer de ese pan, esto es, hay que asimilarse al Hombre, Jesús, que se ofrece como pan, hay que comprometerse con El, en la lucha, para lograr la justicia y la solidaridad.
Hay que vivir el compromiso de luchar por la igualdad, la justicia, la fraternidad y la libertad.
Jesús será para nosotros pan de vida si abrimos nuestro hogar a los niños de los vecinos, cuyos papás están fuera de casa, sin importar la religión o la situación moral.
Jesús será para nosotros, pan de vida si comenzamos a interesarnos y a organizarnos para hacer frente a los problemas de los niños de la calle.
Jesús será para nosotros pan de vida si comenzamos a interesarnos y a organizarnos para hacer frente a los problemas que viven las personas que vienen de fuera y tienen a un enfermo grave y que de ordinario no cuentan con medios para un albergue y alimentos suficientes.
Jesús será para nosotros pan de vida si comenzamos a interesarnos y a organizarnos para que en nuestras calles, nadie esté pasando hambre o viviendo su enfermedad en soledad
¿Qué otras cosas podemos hacer para vivir el compromiso que hacemos en cada Eucaristía?
CCR
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