4 de agosto de 2012

Comer a Jesús es alimentarse de su proyecto

 Muchos cristianos asisten a la celebración de la Cena del Señor, pero por distintos motivos no comulgan.
Otros participan en el banquete buscando fuerza para la vida diaria pero sin comprometerse con el proyecto de Jesús.

Ayer y hoy el alimento es indispensable para continuar nuestra vida, nuestro camino y nuestros proyectos.
El profeta Elías, perseguido a muerte por la reina Jezabel, emprende una especie de peregrinación hacia el monte donde se estableció la alianza entre Yahvé e Israel
En el caminar le invade el hambre, el cansancio y el desaliento y se queda dormido. El mensajero de Dios lo despierta y le ofrece alimento que le ayude a vencer el hambre el cansancio y el desaliento y pueda llegar a la meta.

A la gente que en el desierto comió pan hasta saciarse, Jesús la invita a ir más allá del egoísmo e individualismo y a que se abra a una nueva manera de vivir, buscando satisfacer también el hambre que tienen de verdad, de justicia, de igualdad y de fraternidad.
Jesús ofrece un alimento que dura para la vida eterna: Este alimento es el que Jesús, el hijo del hombre, nos dará porque él es el señalado y enviado por el Padre.
Jesús niega que haya sido Moisés quien alimentó al pueblo en el desierto con el pan del cielo, pues el pan del cielo es don del Padre. El pan de Dios es el que baja del cielo y da vida al mundo.
Este pan es Jesús que sacia el hambre total de todo aquel que cree en él.

Comer a Jesús, pan de vida, significa alimentarse de su persona de su palabra de su proyecto. El proyecto de Jesús se manifiesta en estos objetivos: 1. Vivir en comunidad (Mc 1,16-20) 2. Crecer con pedagogía liberadora (Mc 1,21-22) 3. Combatir el mal y darnos la vida (Mc 1,23-28). 4. Dignificar a la mujer (Mc 1,29-34)
5. Mantenerse unido al Padre con la oración (Mc 1,35) 6. Promover la misión y el ecumenismo (Mc 1,36-39) 7. Acoger a los marginados y liberarlos de las esclavitudes (Mc 1,40-45) 8. Desenmascarar la falsedad de los poderosos (Mc 2,1-12)
Comulgar con Jesús hoy, implica hacer nuestros la persona de Jesús, su palabra y su proyecto, para caminar con él hacia el logro de sus objetivos: Insistir en la vida y en la práctica comunitaria en la Catequesis, en los grupos, en las celebraciones y en la lucha por la justicia, la dignidad y los derechos humanos
Comulgar con Jesús hoy, implica trabajar por la igualdad de las personas evitando la competencia entre los diferentes, buscando caminos de respeto, de diálogo y colaboración.
Comulgar con Jesús hoy, implica trabajar por humanizar todos los espacios en que nos movemos y apoyar a los que luchan contra todo lo que deshumaniza a la persona.
Comulgar con Jesús hoy, implica trabajar para que cada mujer tenga el lugar de respeto e igualdad que le corresponde en la familia, en la Iglesia y en la sociedad.
Comulgar con Jesús hoy, implica quitar la máscara a las informaciones que nuestros gobernantes y los medios de comunicación dan al pueblo.
¿Qué otras implicaciones trae el comulgar con Jesús, hoy?
CCR

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