Las
personas cercanas al ambiente religioso solemos mirar con desprecio a las
personas que según nosotros, son pecadores como los drogadictos, los
alcohólicos, las prostitutas y un sinfín más
El
libro de la Sabiduría fue escrito
por un autor desconocido. Forma parte de toda una corriente religioso-literaria
que se desarrolló en el judaísmo en Alejandría durante la época del imperio griego.
El
autor del libro asume la persona de un autor famoso para hablar en nombre de
él. En este caso, el autor, habla en nombre de Salomón, el rey sabio por
excelencia.
La
sabiduría de que aquí se trata es un don
de Dios que siempre le tiene a él como punto de referencia. Debe enseñarle al
hombre cómo ordenar su vida.
El
texto que leemos hoy presenta a Dios como quien
lo hace todo con mesura, número y peso y no quiere exterminar a nadie.
Dios tiene piedad de todos
y parece como que no hace caso de los pecados de los hombres para que así se
arrepientan. Porque ama a todos los
seres y no aborrece ni rechaza nada de lo que ha hecho.
El Señor tiene lástima de todo, porque todo le pertenece, porque
es el Señor, que ama la vida, y de esta
manera corrige de a poco a los que pecan. Mediante sus correcciones les hace
ver en qué han pecado, para que renuncien al mal y crean en Él.
El texto del Evangelio que leemos hoy nos describe a Zaqueo
con dos rasgos que definen con precisión su vida. Es «jefe
de cobradores de impuestos» y es «rico».
En
Jericó todos saben que es un pecador. Un hombre que no sirve a Dios sino al
dinero. Su vida, es poco humana
Zaqueo «busca
ver a Jesús». Quiere saber quién
es, qué hay en este Profeta que tanto atrae a la gente. Es tarea difícil para
un hombre acomodado dentro del sistema.
Zaqueo tendrá que superar diferentes
obstáculos. Es chaparro y su vida no está motivada por ideales muy nobles. Tendrá
que superar prejuicios sociales que le hacen difícil el encuentro personal y
responsable con Jesús.
Pero Zaqueo continúa su búsqueda con
sencillez y sinceridad. Corre y se sube a un árbol, no le importa su personalidad
de hombre importante. Busca el momento y el lugar para entrar en contacto con
Jesús. Lo quiere ver.
Jesús, encarnación de la imagen de Dios que aparece en el
libro de la Sabiduría, levanta sus ojos hacia Zaqueo, le ordena que baje del árbol y él
mismo se ofrece como huésped de Zaqueo.
Mientras la multitud se escandaliza de que Jesús tenga la
osadía de hospedarse en casa de un pecador, Zaqueo consciente de su situación
de pecado se propone ante Jesús un cambio radical.
Zaqueo sabe que Jesús tiene gran preocupación por los pobres
y decide compartir con ellos la mitad de sus bienes y consciente de que a Jesús
le desagradan las injusticias, decide repararlas en cuatro tantos más.
Ante esto Jesús exclama: “Hoy ha llegado la salvación a esta
casa porque este también es hijo de Abraham y el Hijo del hombre ha venido a
buscar y a salvar lo que estaba perdido”
Obrar como Dios y como Jesús implica para nosotros quitar
toda clase de prejuicios hacia las personas que son consideradas pecadoras y
convencernos de que Dios siempre brinda otra oportunidad,
Obrar como Dios y como Jesús implica para nosotros levantar
la vista y acercarnos sin inhibiciones hacia esas personas y mostrarles con
nuestras actitudes y acciones que Dios no los excluye ni condena.