El Espíritu impulsa al diálogo y la colaboración
Para defender la vida del pueblo
El 24 de Mayo será beatificado Don Oscar Arnulfo
Romero, Arzobispo de San Salvador que, desde una clara opción por los pobres,
levantó la voz en contra de los sistemas injustos y violentos y en defensa de
la vida del pueblo salvadoreño
El libro de los Hechos nos ubica en día de
Pentecostés, fiesta de la siega en la que los judíos recordaban el pacto de
Dios con el pueblo en el monte Sinaí, «cincuenta días» después de la salida de
Egipto.
Estaban reunidos los discípulos, también cincuenta
días después de la Resurrección: la venida del Espíritu se describe acompañada
de sucesos, expresados como si se tratara de fenómenos sensibles: ruido como de
viento huracanado, lenguas como de fuego que consume, aire, aliento vital.
Es el modo que elige Lucas para expresar lo
inenarrable, la irrupción de un Espíritu que les libraría del miedo y del temor
y que les haría hablar con libertad para promulgar la buena noticia de la
muerte y resurrección de Jesús.
El movimiento
de Jesús nace abierto a todo el mundo y a todos; Dios ya no quiere la
uniformidad, sino la pluralidad.
Dios no quiere la confrontación sino el diálogo: ha
comenzado una nueva era en la que hay que proclamar que todos podemos ser
hermanos, a pesar de y gracias a las diferencias.
Ahora es posible entendernos superando todo tipo de
barreras que impiden la comunicación.
La venida del Espíritu significó para aquel puñado
de discípulos el fin del miedo y del temor. Nació una comunidad humana, libre
como viento, como fuego ardiente.
Lucas presenta el hecho de Pentecostés como el
nacimiento de un nuevo pueblo que surge bajo el impulso del Espíritu Santo, luz
y fuerza que vence el miedo y que impulsa a dar testimonio de Jesús a todos los
pueblos.
Por su parte el Evangelio de Juan presenta el
acontecimiento como un todo con la Resurrección de Jesús.
El temor a la persecución hace que los discípulos se encierren, pero en medio de
ellos se hace presente el Resucitado que se identifica y les da la paz.
Jesús declara que la misma misión que él recibió del
Padre ahora constituye el encargo de los discípulos que la llevarán a cabo con
el aliento del Espíritu Santo.
Celebrar hoy la presencia y la acción del Espíritu
Santo implica para nosotros luchar contra las desigualdades de cualquier género
y crear espacios de diálogo y colaboración.
Celebrar hoy la presencia y la acción del Espíritu
Santo implica para nosotros reconocer las cosas que nos diferencian como oportunidades
de sumar y de enriquecernos.
Celebrar hoy la presencia y la acción del Espíritu
Santo implica para nosotros luchar, como Don Oscar Arnulfo contra toda la
violencia e injusticia y en defensa de la vida del pueblo.
Celebrar hoy la presencia y la acción del Espíritu
Santo implica para nosotros potenciar las redes de comunicación popular frente
a los medios que defienden y favorecen los intereses de los poderosos.
Celebrar hoy la presencia y la acción del Espíritu
Santo implica para nosotros vencer el miedo y el encerramiento para continuar
la lucha del Resucitado construyendo un mundo de justicia y verdad
Mayo 23 del 2015
Cosme Carlos Ríos
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