El 24 de noviembre de 2010, a sus casi 54 años, nos dejó Felipe, el amigo y maestro, compañero de viaje y de crítica social, teólogo anti institucional, investigador reacio a autoritarismos y fanatismos de cualquier tipo.
Los autores de este blog lamentamos profundamente su muerte, más el que ésta haya sido inesperada pues sin él quedarán pendientes no sólo coloquios académicos y actividades intelectuales, sino qué hacer con una súbita orfandad, sólo superable con la memoria de su discurso y su esfuerzo de coherencia permanente.
El legado de Felipe seguirá iluminando a quienes transitan por la senda del diálogo con las culturas de nuestro tiempo y del compromiso ético por la justicia, con el evangelio de Jesús como referente.
Un abrazo a Thelma, su esposa; a Marcelita, su adorada hija y a Angelita, su madre; a sus hermanos y hermanas, a fin de encontrar pronto la fortaleza que nuestros corazones necesitan.